Publican por primera vez la Biblia del Arameo, traducida del idioma de Jesucristo al español

“La Biblia Aramea”, como se le conoce popularmente, está basada en los antiguos escritos arameos (también conocidos como siríacos), cuya antigüedad se remonta a los primeros años del cristianismo, y que es poco conocida en occidente ya que mientras los textos griegos se arraigaban en el Imperio Romano, los textos arameos circulaban ampliamente en Israel, Siria, Líbano, Babilonia, Persia, llegando incluso hasta China y la India, de lo cual aún hoy quedan vestigios en templos antiguos.

Es de aceptación general y unánime entre los eruditos, que el Evangelio fue predicado originalmente por Jesucristo en arameo, su idioma nativo; lo mismo sucedió con la predicación de sus apóstoles y discípulos originales. El pueblo de Israel tenía profundamente arraigado el arameo como su lengua nacional en la época del Señor. Aunque se hablaba griego por razones de la conquista romana, y hebreo por razones de culto, estos idiomas se reservaban principalmente para el comercio, política y asuntos del templo, pero el arameo era utilizado para la vida cotidiana entre los judíos desde la época del exilio babilónico.

Los primeros escritos del Texto Peshitta se comienzan a redactar en el siglo I, poco después de la época del Señor. Originalmente, estos escritos eran llamados sólo escritos santos, pero con la recopilación completa de estos textos, se les comenzó a llamar escritos en siríaco o arameo. Fue hasta el siglo IX que se les llamó Texto Peshitta, pero los escritos existen desde los albores del cristianismo. Peshitta significa “sencillo, fácil, claro”.

Este texto circuló ampliamente desde los primeros años del cristianismo entre las comunidades cristianas de Israel, Líbano, Siria, Babilonia, Persia, llegando para el 635 d. C. incluso hasta China e India, mientras en Europa circulaban solamente los escritos griegos. Existen dos obras muy reconocidas escritas en arameo que dan testimonio de que se hablaba y escribía en arameo en esa época. Una es “Las Guerras de los Judíos” y otra “Antigüedades de los Judíos”, ambas del historiador judío Flavio Josefo; otra obra menos conocida, pero de la mayor relevancia es el “Diatessarón” de Taciano, que es una armonía de los cuatro relatos del Evangelio escrita también en arameo.

Para la época de la Reforma Protestante, ya se conocía la existencia de este Texto en Europa, a grado tal que Casiodoro de Reina, el traductor original en 1569 de la popular versión actual Reina-Valera, se lamenta en la introducción de su “Biblia del Oso” de no haber tenido a tiempo esta obra para considerarla en su traducción.

El título de la obra publicada por Broadman&Holman es “Biblia Peshitta en Español. Traducción de los Antiguos Escritos Arameos”, y está siendo distribuida mundialmente por esta misma Institución de reconocido prestigio en traducciones bíblicas y literatura y herramientas cristianas. La obra contiene además dos tablas comparativas con los textos tradicionales de diferencias y de porciones relevantes del Texto Peshitta, un amplio cuerpo de referencias, notas y mapas. En el texto bíblico del AT y NT utiliza el nombre de Dios Yahweh en lugar del tetragrámaton, Señor o Jehová, que tradicionalmente se ha usado. Los textos mesiánicos del AT y las palabras del Padre, del Espíritu Santo y de Jesucristo en el NT, aparecen en rojo. Esta obra ha sido objeto de una gran aceptación, principalmente en Centro y Sudamérica, de modo tal que el primer y segundo tiraje, prácticamente se han agotado, y sobre todo, ha resultado en una gran bendición para el pueblo evangélico de habla hispana que ahora podrá acceder a una Biblia traducida al español directamente del idioma original de Jesucristo.

Por Martín Durazo.

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