Mientras escribía el libro “The Race to Save Our Century” (La Carrera para Salvar Nuestro Siglo, en traducción libre), el escritor Jason Jones reveló en una entrevista con Christian Post que ya no es ateo y se ha convertido al cristianismo.
Jones también es productor de cine y en esta obra colaboró con él el escritor John Zmirak bajo cinco principios claves para evitar las catástrofes del siglo XX, que según ellos se pueden evitar en este siglo en que vivimos, de acuerdo con el análisis de ambos.
Todo el trabajo de la obra fue un gran sesgo para el escritor que cambió de idea y transformó su vida en un sentido que podría ser guiado por el mensaje de Jesucristo.
La idea del libro surgió cuando Jones era un estudiante de Universidad de Hawai (EE.UU.). Se puso en marcha su proyecto por medio de un video para animar a sus colegas a profundizar en el tema y hacer la especialización en el departamento de ciencias políticas.
«Yo sólo quería arrojar los horrores del siglo XX en dos minutos para crear una urgencia entre los jóvenes de mi escuela, y así dar sentido e importancia de entrar en la ciencia política, «explica Jones.
Sin embargo, la idea fue rechazada por su «facultad de izquierda», pero una vez que Jones descubrió el «foco» de su vida, con ganas de ayudar a crear un mundo mejor con medidas cautelares. Según él, el proceso modificó su pensamiento ateo y liberal para luego convertirse en un cristiano y conservador.
En el libro, Jones y Zmirak argumentan que los horrores del pasado se basan en cinco ideologías del mal: el racismo y el nacionalismo; el militarismo y la «guerra total»; colectivismo utópico; individualismo radical; y el hedonismo utilitarista.
Tales pensamientos del mal pueden ser exterminados, evolucionando a través de cinco principios fundamentales: el único valor absoluto de toda persona humana; el derecho natural; la defensa de las instituciones cívicas que se encuentran entre la gente y el gobierno; la solidaridad; y una economía humana.
Jones, también trabaja como productor de cine, y así como en su libro, las películas también se centran en «inocular el mundo de las ideologías del mal» a través de la dignidad y la belleza de la persona humana.
