Representantes del Movimiento Misionero Mundial afirmaron ayer que el desalojo al que fueron expuestos los representantes del concilio de la Asociación Misionera Pentecostales (AMIP) se debió a que estos permanecían de manera ilegal en el templo ubicado en la calle Marcos Adón, número 158, del sector Villa Juana.
El asistente legal del Movimiento, José Guillermo Castellanos, dijo que ese desalojo se llevó a cabo después de cuatro años de audiencia judicial y que la justicia fue la que determinó que el templo en cuestión es propiedad del Movimiento Mundial Misionero, tal como lo demuestra el título de propiedad.
Castellanos expresó que el pastor Manuel Bello debió entregar el templo al momento en que él y sus miembros decidieron salir del Movimiento para establecerse como AMIP.
Aseguró que Bello y los demás representantes de AMIP se han apoderado de un templo que no les pertenece, ya que el terreno donde está ubicada la iglesia se compró en el año 1963 y este pastor fue asignado por el Movimiento en el año 1988.
El religioso señaló que todo pastor que levante una iglesia que pertenezca al Movimiento y sea sustituido o simplemente decida dejar el ministerio tienen que entregar los bienes de la iglesia porque así lo establecen los estatutos y reglamentos de la institución.
Señaló que todos los pastores y evangelistas que pertenecen al Movimiento conocen bien las normas y dentro de esos estatutos está la devolución de los templos, no obstante a que hayan levantado y remodelado con ayudas, donaciones, actividades, ofrendas e, inclusive, hasta con sus propios recursos.
Castellanos ofreció las declaraciones junto a Rafael Laureano, secretario a nivel nacional del movimiento. Ambos invitaron a sus “hermanos en Cristo” a sentarse en la mesa del diálogo para buscar un entendimiento razonable entre ambas partes