“Si ya diste tu casa, tu auto, tus muebles, no sería mala idea vender tu alma. Un buen rito es una inversión”, brilla el mensaje desde una página de Internet. Es que la dupla del bien y el mal fundada por las religiones sobrevivió y perdura en mitologías, creencias, temas de rock, películas y TV.
Dios y el diablo vendrían a ser una polaridad más; Yin y Yang. Y todavía se hacen ritos en su honor: Satanás, Lucifer, Belcebú, sinónimos del principal enemigo de Dios según la religión judeo-cristiana, se moderniza con rapidez y ahora ofrece sus servicios en el ciberespacio: desde cómo vender almas e invocar al diablo hasta ser el fan diabólico más aplicado.
Por todos los dioses del Averno, ordeno que lo que digo haya de suceder”, imponen Angelfire.com, el Pentagrama.com/666 y Churchofsatan.com, al explicar las palabras “e ingredientes” para realizar un ritual diabólico. Entre los materiales, dicen, no debe faltar la hoja de peticiones, los deseos y las víctimas.
Para los fans de Lucifer o curiosos que navegan, las páginas se multiplican en la Web. La historia y la existencia del diablo, los mandamientos satánicos, las iglesias de Satán en el mundo, recetas de ritos y encantamientos y demás valores “diabólicos” pululan en los foros.
Algunos hablan de religión, otros de ideología o corrientes filosóficas, contra los diagnósticos de la psiquiatría: “Muchos de ellos padecen personalidades múltiples o fantasías delirantes”, diagnostican.
La realidad puede ser más descarnada con algunos que llevan esta creencia o religión a un límite siniestro, hasta la muerte. Como lo fue en Argentina el caso de Ramoncito, de 12 años, que se dijo murió sacrificado en un rito satánico. O el de las hermanas Vázquez, que apuñalaron 117 veces a su padre porque “le querían sacar el mal”, y el resultado de la autopsia confirmó que él se había dejado matar.
Según el psicólogo Luis Disanto, a cargo de cursos en criminología en la Universidad de Buenos Aires, Argentina “los diagnósticos sobre las psicopatologías de los autores de los crímenes satánicos son singulares, no se puede suponer a priori si esa gente tiene un brote psicótico o personalidad múltiple”. En cuanto a la proliferación de páginas en Internet, Disanto agrega que “el mal siempre se presenta de una manera razonable. En las películas, son tipos con traje que llevan una ‘vida normal’. En la realidad es parecido, no son freaks o raros que llaman la atención”.
Pero, ¿cuáles son los valores de estos creyentes del “mal”? Nada demasiado maligno: algunas de las Nueve Declaraciones de la Biblia Negra de Anton Szandor LaVey dicen que Satán representa los pecados, más aún cuando éstos llevan a la gratificación física, mental o emocional. O que la venganza es mejor que ofrecer la otra mejilla, y antepone la complacencia a la abstinencia.