Aunque la palabra “libre albedrío”, no existe en la Biblia, pero sí es una ideología que plantea que Dios le da el poder a los individuos para escoger o rechazarlo todo, sin importar las condiciones externas o internas relacionadas con la decisión.
Respecto a esta ideología, los neurocientíficos, asegura que tal filosofía no existe, porque para ellos el cerebro está listo para decidir las acciones que realizamos sin darnos cuenta de la elección que hicimos.
La tesis de que el libre albedrío, es una ilusión, es defendido por los investigadores con una amplia gama de los datos recogidos a través de estudios e investigaciones. En uno de ellos fue posible mapear la actividad cerebral antes de que la persona supiera lo que iba hacer. Así, se comprobó que una persona no tiene el poder de elegir sino hacer lo ya está programado para llevarse a cabo.
Entre los estudios que forman la opinión de estos neurocientíficos, ellos están estudiando al psicólogo Benjamín Libet, quien demostró que una región del cerebro coordina la actividad motora segundos antes que una persona tome una decisión.
En el 2011 la revista científica PLoS ONE, publicó un estudio de Stefan Bode quien realizó resonancia magnética en 12 voluntarios de edades comprendidas entre los 22 y los 29 años y a través de este examen ofrece las actitudes que podrían ser tomadas por los jóvenes, este descubrió siete segundos antes que el cerebro había decidido lo que tenían que hacer antes que estos tomaran conciencia.
Varios otros estudios han tratado de demostrar si realmente existe el “libre albedrío”, pero nadie pudo encontrar una diferencia tan grande entre la actividad cerebral y el acto consciente.
Con estos estudios, los neurocirujanos entienden que antes de que la gente decide hacer algo, la actividad del cerebro en su cerebro ya se ha disparado.
Steven Pinker, psicólogo de la Universidad de Harvard y autor de Cómo funciona la mente, hablando de su punto de vista sobre el “libre albedrío”, dice: «Creo que nuestra conducta es el producto de procesos físicos en el cerebro” él dice que no cree que las personas pueden decidir sus acciones.
Pero Pinker, dice también que debido a la complejidad del sistema central, no es posible hacer predicciones sobre las decisiones humanas de una manera sencilla.
Traducido y adaptado por NoticiaCristiana.com de VEJA.