MONROVIA, LIBERIA. – Toques de tambor hicieron eco en la capital de Liberia porque el pasado domingo 10 de mayo, líderes cristianos atendieron el llamado de la presidente para celebrar la erradicación de Ébola en el país a raíz de un horrible brote que terminó con la vida de más de 4.700 personas en este país de África Occidental.
En la New Covenant Outreach Ministries Incorporated, una iglesia pentecostal de rápido crecimiento en Monrovia, el líder del coro Ester Tamba pidió a la congregación que se pusiera de pie e hiciera una ovación para celebrar los 42 días sin ningún caso de Ébola, ya que significa que el brote ha terminado oficialmente.
Por primera vez en un año, los fieles no se vieron obligados a que les tomara sus temperaturas antes de entrar a la iglesia.
Sin embargo, no todo ha vuelto a la normalidad. La tradicional ronda de abrazos y apretones de manos al final del servicio del domingo – que fue detenida el año pasado por temor a que se extendiera el Ébola- sigue siendo prohibida y el reverendo Venicious Reeves dijo que «no había ninguna prisa» para reanudarla.
«No queremos desalentar la tradición, al mismo tiempo, no queremos correr a reintroducir estas prácticas ahora. Así que vamos a mantener las medidas de higiene en su lugar por ahora», dijo.
La presidenta Ellen Johnson Sirleaf visitó recientemente los centros de salud para alabar los esfuerzos de los médicos y enfermeras. Al mismo tiempo, los funcionarios han advertido sobre los nuevos casos de Ébola que continúan siendo reportados en la vecina Guinea y Sierra Leona.
«Ha cambiado nuestra forma de vida»
Desesperadamente, el país está tratando de reconstruir casi todo, su sistema de salud, su educación, su economía y su imagen internacional.
Liberia ha reabierto sus mercados, clínicas y escuelas, deseosos de dejar atrás un brote tan devastador que «ha cambiado nuestra forma de vida», dijo Ellen Johnson Sirleaf.
Líderes de las iglesias a menudo negaron que el Ébola, fuera una enfermedad nueva en África Occidental. En una reunión de emergencia en julio del año pasado, el Consejo de Iglesias de Liberia, el grupo principal del país para los cristianos, describió el Ébola como castigo divino por los actos de homosexualidad y la corrupción gubernamental.
Cabe destacar que el año pasado, después que unos feligreses de la Iglesia United God Is Our Light pusieran sus manos sobre un visitante con Ébola durante una oración de sanación, ocho miembros murieron en cuestión de semanas.
Algunos sobrevivientes culparon a los líderes de la iglesia; otros acusaron a la persona que había invitado al visitante enfermo. La iglesia fue puesta bajo cuarentena y cerrada durante el mayor período de angustia y pérdida.
«El Ébola trajo problemas a las iglesias; trajo problemas en las relaciones», dijo Philip Moseray, un pastor asistente que le dijo a los fieles. «Pero Dios está en control, y no estamos renunciando. Estamos tratando de enmendar. Estamos tratando de superarlo».