Las autoridades indígenas de Arhuaco, Santa Marta (Colombia), expulsaron a siete familias cristianas de su tierra porque se negaron a renunciar su fe en Jesús.
Sin hogar, las familias se unieron a los otros 23 que están sin hogar desde 2011, cuando pasaron por el mismo proceso. En total, hay 300 personas, entre ellas 150 niños, 20 ancianos y 10 mujeres que fueron expulsadas por sus maridos cuando se convirtieron en cristianas.
Según el Ministerio de Portas Abertas -Puertas Abiertas- estas familias necesitan atención médica porque muchos están enfermos debido a las condiciones en las que viven.
Además de desalojar a los que no quisieron negar a Jesús, las autoridades locales están tratan de forzar a los jóvenes a intercambiar su fe en el cristianismo ofreciéndoles dinero. Puertas Abiertas pide a los cristianos que oren por la situación de los hermanos colombianos antes esta persecución.