NOTICIACRISTIANA.COM. – El renombrado ministro y autor Max Lucado, abrió su corazón en una conversación reveladora sobre su lucha con el estrés y la adicción en un podcast reciente. Lucado, conocido por su impacto en la comunidad religiosa, compartió cómo su relación con el Espíritu Santo lo ayudó a superar momentos difíciles en su vida y ministerio.
Max Lucado describió un período en su vida en el que enfrentaba presiones abrumadoras como pastor. Intentaba resolver cada problema y responder a todas las preguntas, lo que lo llevó al insomnio y al estrés.
Su esposa también luchaba contra la depresión clínica, y la situación era insostenible. Fue entonces cuando comenzó a entender la importancia del Espíritu Santo como amigo y consolador, y cómo este entendimiento cambió su enfoque.
Sin embargo, durante un momento particularmente oscuro en su vida, Lucado recurrió al alcohol como una forma de lidiar con el estrés. Mantuvo su consumo en secreto y se esforzó por ocultar su adicción. En su relato, describió cómo compraba cerveza en una tienda de conveniencia y la escondía en una bolsa de papel marrón, consumiéndola en privado en su automóvil.
Max Lucado: ¿Todo está bajo control?
A pesar de su comportamiento insalubre, Max Lucado se convencía a sí mismo de que tenía «todo bajo control». Mantenía una lucha interna y un diálogo con Dios en el que trataba de justificar sus acciones. Sin embargo, en un momento de revelación, Dios le hizo una pregunta que lo confrontó con su propia hipocresía.
Max Lucado recordó la historia de Jacob en el Antiguo Testamento, donde Jacob luchó con Dios y recibió un nuevo nombre, «Israel», que significa «Dios lucha» o «Dios se esfuerza». Dios habló al corazón de él y lo desafió con una pregunta profunda: «Si lo tienes todo bajo control, ¿por qué te escondes en un estacionamiento, bebiendo una cerveza que has escondido en una bolsa de papel marrón?».
Este enfrentamiento divino fue un punto de inflexión en la vida de Max Lucado. Admitió su lucha ante sus superiores y su congregación, lo que generó conversaciones y apoyo de otros que enfrentaban desafíos similares. La gracia de Dios y el apoyo de su comunidad lo ayudaron a superar la adicción y a manejar mejor las tensiones del ministerio.
Hoy en día, Max Lucado ha encontrado paz y perdón. Aunque los turistas ya no llenan su iglesia en Oak Hills, su experiencia y transparencia lo han transformado en un ejemplo de redención y fortaleza para muchos. Concluyó que Dios le dio un nuevo nombre, «perdonado», y está agradecido por usarlo en su nueva vida llena de esperanza y superación.
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