NOTICIACRISTIANA.COM. – Una mujer de 42 años reveló en entrevista que fue víctima de abuso sexual a los 14 años por parte del líder de la Iglesia Evangelio Cuadrangular, pastor Mario de Oliveira.
El caso, que data de la década de 1990, fue formalizado con un atestado policial y el Juzgado de Brasil, ya otorgó medida de protección contra el imputado. La identidad de la mujer se mantiene confidencial debido a la sensibilidad del caso y la protección legal de la víctima.
Cómo ocurrió el abuso sexual
Según la mujer, el abuso ocurrió luego de un evento religioso realizado en Belo Horizonte, Minas Gerais, donde tuvo contacto directo con el líder por primera vez. “Nací y crecí dentro de la iglesia. Había un seminario llamado ‘Labaredas de Fogo’, que se realizaba cada mes de julio en Minas Centro. Siempre íbamos de excursión a Montes Claros para participar. Yo tenía 14 años. ¿Quién no querría tomarse una foto con el presidente nacional de la iglesia?”, dijo.
Después de la interacción inicial, la líder supuestamente se volvió más cercana a su familia, llamando regularmente a la casa de su abuela, con quien vivía junto con dos hermanos.
La víctima informó cambios inusuales en el hogar y en la iglesia local después de que comenzaron las llamadas. “Mi abuela recibía una pensión muy baja, 121 reales, para criar a tres hijos, pero de repente las cosas empezaron a cambiar: cambiaron la puerta de la casa y pintaron la casa. También noté que la iglesia, dirigida por un pastor cercano a nosotros, comenzó a crecer. Hoy veo que fui moneda de cambio”.
Dijo que el líder la invitó a un viaje a Brasilia, pero que, al llegar, se quedó sola en un departamento con él. “Me ofreció una copa de vino. Le dije que no bebía, pero él insistió. Tomé un poco y eso es todo lo que recuerdo”. La mujer afirma que se despertó en el baño, con la ducha abierta y marcas de sangre en el cuerpo, debido al abuso sexual.
No podía denunciar el abuso sexual en su momento
De regreso a su casa en Montes Claros, afirmó que no podía compartir lo sucedido, pero su abuela pareció entender la situación. “Me encontró en el patio trasero, sentada debajo de un guayabo. Mi abuela me decía: “Una mujer es como un vaso de cristal. Puede que se rompa, pero nunca deja de ser cristal”. Nunca hablamos directamente sobre lo que pasó, pero lo tuve claro”.
La mujer afirmó que decidió hablar para advertir a otras personas sobre situaciones de abuso sexual. El caso está bajo investigación y se lleva a cabo bajo secreto judicial. El informe intentó contactar al líder religioso y a los representantes de la denominación, pero no recibió respuesta hasta el momento.
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