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¿Estamos realmente preparados para un avivamiento?

NOTICIACRISTIANA.COM- En la actualidad, muchas personas, especialmente dentro de la comunidad cristiana, sienten la urgente necesidad de un avivamiento en Estados Unidos.

Las iglesias enfrentan un declive en el número de sus miembros, y menos personas se identifican como seguidores de Cristo.

Además, las divisiones políticas y sociales que marcan la sociedad también han encontrado su camino dentro de las iglesias. Ante este panorama, surge la pregunta: ¿estamos realmente listos para un avivamiento?

Un avivamiento no es solo un fenómeno colectivo en el que un gran número de personas regresa a la fe. Es un despertar profundo en los corazones de los creyentes.

Es un regreso a Dios, donde los cristianos se apartan del pecado y se alinean completamente con la voluntad divina. La idea de que un avivamiento comienza en la iglesia y no en la sociedad es crucial.

El verdadero avivamiento se inicia en el corazón de cada creyente, no en cambios legislativos o políticos.

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El avivamiento comienza en el corazón de cada creyente

El avivamiento no es un proceso que pueda ser impuesto desde afuera; debe nacer desde dentro.

Aunque muchos piensan que un cambio en las leyes o en la política podría restaurar la fe en la nación, la realidad es que un cambio genuino solo ocurre cuando los corazones de los cristianos se alinean nuevamente con Cristo.

La transformación de la sociedad no depende de políticas públicas, sino de la disposición del pueblo de Dios para arrepentirse y rendir sus corazones al Espíritu Santo.

El pasaje de 2 Crónicas 7:14 nos ofrece una clave esencial para entender cómo comenzar este proceso de transformación: humildad, oración y arrepentimiento. En este versículo, Dios promete escuchar a Su pueblo si se humillan, oran, buscan Su rostro y se apartan de sus malas acciones.

Este llamado no es solo a la nación en su conjunto, sino a los creyentes específicamente. Si deseamos un avivamiento, debemos comenzar por mirar hacia adentro, examinar nuestro propio caminar con Dios y arrepentirnos de nuestros propios pecados.

¿Cómo sería un verdadero avivamiento?

Un avivamiento genuino no es simplemente un regreso masivo a las iglesias; se trata de un cambio profundo en la vida personal de cada creyente. En el libro de los Hechos, después del descenso del Espíritu Santo, se describe cómo la iglesia primitiva vivió una verdadera transformación.

Los primeros cristianos se dedicaron a cuatro cosas fundamentales: la enseñanza de la Palabra de Dios, la comunión, la oración y la unidad. Viven con un espíritu de generosidad, vendiendo sus propiedades para ayudar a los necesitados, y se reunían frecuentemente para partir el pan y alabar a Dios (Hechos 2:42-47).

Este tipo de avivamiento genera una iglesia más comprometida, centrada en Dios y preocupada por las necesidades de los demás.

Además, como resultado de este avivamiento personal y colectivo, el Señor añadía a la iglesia a quienes habían de ser salvos. Un avivamiento real no solo transforma a los creyentes, sino que también atrae a los no creyentes hacia Cristo.

La verdadera transformación no depende de lo político

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En muchos círculos cristianos, especialmente en Estados Unidos, existe la tentación de vincular el avivamiento con los cambios políticos.

Hay quienes piensan que si una cierta persona o partido llega al poder, eso llevará a la nación a un renacimiento espiritual. Este enfoque es erróneo. La política, aunque importante, no puede producir el avivamiento que necesitamos. El avivamiento es una obra del Espíritu Santo, no de los legisladores o presidentes.

Si los cristianos se enfocan más en la política que en la obra del Espíritu, perderán de vista la verdadera misión de la iglesia. Jesús nos dio instrucciones claras en Mateo 28:19-20, que incluyen predicar el evangelio, hacer discípulos y depender del poder del Espíritu Santo.

 Mientras nos distraemos con cuestiones terrenales, como la política, debemos recordar que nuestra verdadera misión es celestial y espiritual.

Prepararnos para el avivamiento: un llamado personal y colectivo

El avivamiento no se trata solo de esperar a que algo suceda, sino de estar dispuestos a permitir que Dios trabaje en nuestros corazones.

Para prepararnos, debemos hacer un examen personal y colectivo de nuestras vidas, nuestras prioridades y nuestra relación con Dios. Algunas preguntas clave para reflexionar son:

  • ¿Estamos comprometidos a vivir de acuerdo con la Palabra de Dios?
  • ¿La oración es una prioridad en nuestras vidas?
  • ¿Estamos dispuestos a perdonar, a dejar de lado nuestras diferencias y a vivir en unidad con otros creyentes?
  • ¿Estamos dispuestos a preocuparnos más por las necesidades de los demás que por nuestras propias posesiones?

Solo cuando nos humillamos y nos arrepentimos de nuestras malas acciones podremos experimentar un verdadero avivamiento. Este avivamiento no es algo que se pueda forzar, sino un resultado natural de un pueblo que se vuelve a Dios con todo su corazón.

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Conclusión: Un llamado a la acción

La pregunta que debemos hacernos es simple: ¿estamos realmente listos para un avivamiento? El cambio comienza en nosotros, en nuestra disposición a humillarnos, orar y arrepentirnos de nuestros pecados.

Si buscamos al Señor con todo nuestro corazón, entonces podemos esperar que Él obre de una manera poderosa y transforme nuestras vidas, nuestras iglesias y nuestra nación. El verdadero avivamiento no depende de la política, sino de una iglesia que se vuelva completamente a Dios. ¡El avivamiento comienza en el corazón de cada creyente!

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Artículo por: Bible Study Tools


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