NOTICIACRISTIANA.COM. – Recuerdo la primera vez que me sentí realmente fuera de lugar en la iglesia. Fue durante un sermón sobre el matrimonio y la familia. El pastor hablaba apasionadamente de la santidad del matrimonio y de criar hijos en el camino de Dios. Aunque estaba de acuerdo con todo lo que decía, no pude evitar sentir una punzada de exclusión.
Como adulto soltero, ¿dónde encajaba yo en esta imagen de la vida cristiana? Me encantaría estar casado para que el sermón tuviera alguna importancia para mí, pero ¿cómo podía hacerlo de un modo cristiano y significativo? ¿Era mi historia menos valiosa o mi camino con Cristo incompleto porque aún no me había casado?
Ahora estoy casado con una mujer increíble que conocí en la aplicación de citas cristianas SALT, que conecta a cristianos solteros de todas las profesiones y condiciones sociales. Después de años de sentirme aislado y excluido por la Iglesia, tengo la bendición de una familia. ¡Incluso tenemos un niño de un año que es la luz de mi vida! Una prueba de que, a pesar de todo, Dios realmente actúa en nuestras vidas.
Sin embargo, durante mis años de soltería, sé que no estaba solo en esta lucha. No se trata sólo de un problema personal; creo que es sistémico. La Iglesia ha marginado, aunque de manera involuntaria, a una parte importante de su congregación, y ya es hora de que abordemos esta brecha.
Los desafíos únicos de los cristianos solteros
Los cristianos solteros enfrentan una serie de retos que a menudo se pasan por alto en la iglesia. Las presiones culturales para casarse pueden provocar sentimientos de inadecuación o incluso de vergüenza. Además, muchos luchan por encontrar una comunidad significativa. Para los solteros de más edad, la sensación de exclusión puede ser aún mayor.
Bíblicamente, la soltería no es nada nuevo. Incluso el apóstol Pablo era soltero. En 1 Corintios 7:7, Pablo afirma: “Ojalá todos fuerais como yo. Pero cada uno de vosotros tiene su propio don de Dios; uno tiene este don, otro tiene aquél”. Las palabras de Pablo ponen de manifiesto que tanto la soltería como el matrimonio son dones de Dios y deben tratarse como tales.
Apoyo bíblico para ministrar a los solteros
La Biblia está llena de ejemplos de personas solteras que vivieron fielmente e influyeron enormemente en el reino de Dios. Además de Pablo, vemos al propio Jesús —el máximo ejemplo de una vida plena y con propósito— viviendo y ministrando como soltero.
Por desgracia, la Iglesia moderna suele centrarse demasiado en el matrimonio y la familia, corriendo el riesgo de pasar por alto las contribuciones únicas que los cristianos solteros aportan al cuerpo de Cristo. Como nos recuerda 1 Corintios 12:12: “Así como el cuerpo, siendo uno, tiene muchos miembros, pero todos sus miembros forman un solo cuerpo, así también sucede con Cristo”. Cada miembro —soltero o casado— tiene un papel esencial que desempeñar.
Cómo puede mejorar la Iglesia
Entonces, ¿qué puede hacer la Iglesia para servir y ministrar mejor a los cristianos solteros? He aquí algunos pasos prácticos:
Crear comunidades inclusivas: Muchos solteros se sienten excluidos porque los eventos de la iglesia y los grupos pequeños están dirigidos principalmente a familias o parejas. Al crear pequeños grupos o ministerios específicos para adultos solteros —o haciendo que los grupos existentes sean más inclusivos— las iglesias pueden ayudar a fomentar conexiones significativas.
Fomentar relaciones sanas: En el mundo digital actual, las citas pueden ser abrumadoras y desconectadas de la fe. Animar a los solteros a utilizar herramientas centradas en la fe, como SALT, puede ayudarles a desenvolverse en el mundo de las citas de un modo acorde con sus valores.
Celebrar la soltería: Las iglesias pueden destacar las contribuciones de los miembros solteros mediante testimonios, oportunidades de liderazgo y reconocimiento público. Esto no sólo afirma el valor de la soltería, sino que también demuestra que los solteros son parte integrante de la vida de la Iglesia.
La Iglesia está llamada a ser un lugar donde todos los creyentes se sientan valorados y apoyados. Afirmando el valor de la soltería, creando comunidades inclusivas y proporcionando recursos para unas relaciones sanas, la Iglesia puede reflejar mejor el amor de Cristo.
A mis compañeros cristianos solteros: No están solos. Su vida no está en suspenso. Tienen un papel único y vital en el Reino de Dios, y su contribución es muy importante. Trabajemos juntos para construir una Iglesia en la que cada persona se sienta vista, amada y capacitada para vivir su vocación —soltera o casada— para gloria de Dios.
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