NOTICIACRISTIANA.COM- En las Escrituras, se revela que Satanás, el ángel caído, no sólo conoce la Palabra de Dios, sino que también es capaz de usarla de manera estratégica para engañar y desviar a los creyentes.
Este fenómeno plantea una pregunta crucial: ¿por qué un ser que rechaza a Dios utilizaría la propia Palabra divina contra Él? La respuesta se encuentra en la naturaleza misma de Satanás y sus tácticas para sembrar el mal, lo que nos lleva a un desafío significativo en nuestra vida espiritual: cómo discernir entre la verdad y la falsedad cuando ambas parecen provenir de las mismas Escrituras.
Satanás citando las Escrituras
Un ejemplo claro de este fenómeno se presenta en el Evangelio de Mateo, capítulo 4, cuando Satanás tienta a Jesús en el desierto. Durante este enfrentamiento, Satanás no emplea mentiras abiertas, sino que recurre a un uso distorsionado de la Biblia para manipular a Jesús.
Al intentar que se lanzara desde lo alto del templo, cita el Salmo 91:11-12: «Porque a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos; en las manos te llevarán, para que no tropieces con tu pie en piedra.
» Aunque Satanás cita correctamente las Escrituras, lo hace de manera incorrecta al distorsionar su propósito original, tratando de usarla para hacer que Jesús dudara de la voluntad de Dios y actuara de manera desobediente.
Este ejemplo nos muestra que Satanás no necesita negar la verdad de las Escrituras, sino distorsionarlas de manera que se adapten a sus fines maliciosos. Como explica el teólogo John Piper, Satanás no siempre trata de destruir nuestra fe negando la Biblia; en lugar de eso, busca socavar nuestra obediencia a Dios manipulando pasajes específicos para justificar el pecado.
El propósito del engaño
El principal objetivo de Satanás al usar las Escrituras no es simplemente confundir, sino engañar al creyente y sembrar dudas en su mente. Si puede hacer que una persona cuestione lo que Dios ha dicho o hacerle ver la Palabra como algo manipulable a su conveniencia, habrá ganado terreno en su lucha contra la fe genuina.
Este tipo de engaño no solo busca apartar a alguien de la fe, sino también trastornar su paz y su relación con Dios, tal como lo intentó con Jesús.
Satanás sabe que la Palabra de Dios tiene poder, por lo que intenta torcerla para que parezca que está actuando en nombre de la justicia divina. Al presentar tentaciones basadas en textos sagrados, busca que las personas actúen según su voluntad, en lugar de buscar la verdad de Dios.
La defensa de Jesús: El uso correcto de las Escrituras
La respuesta de Jesús ante la tentación de Satanás ofrece una lección crucial para nosotros como creyentes. En cada una de las tres tentaciones que Satanás presenta, Jesús responde con la Palabra de Dios de manera correcta, sin caer en la trampa del engaño.
En el caso de la cita distorsionada de Satanás del Salmo 91, Jesús responde con Deuteronomio 6:16: “No tentarás al Señor tu Dios.” Jesús, aunque totalmente consciente de la verdad de las Escrituras, las usa de manera apropiada para refutar las distorsiones de Satanás, demostrando que, aunque las Escrituras pueden ser manipuladas, la correcta interpretación y aplicación de la Palabra nos protege del mal.
Satanás y las distorsiones actuales de las Escrituras
Hoy en día, el mismo engaño sigue siendo una estrategia de Satanás. Muchos caen en el error de interpretar las Escrituras de manera selectiva para justificar sus propios deseos y pecados.
Las distorsiones modernas de la Biblia, como el evangelio de la prosperidad o las ideologías que buscan adaptar el mensaje cristiano a las expectativas sociales contemporáneas, son ejemplos de cómo Satanás sigue manipulando la Palabra para confundir a los creyentes.
Las personas, a menudo sin ser conscientes de ello, pueden usar las Escrituras para promover ideas que están en contra de la verdad de Dios. Al igual que en el pasado, Satanás susurra preguntas como: “¿Realmente dijo Dios esto?” o “¿No puede Dios permitir algo que te haga feliz?”. Estos cuestionamientos pueden llevar a desviar a las personas de los principios bíblicos claros, distorsionando el mensaje para que se ajuste a sus propias agendas personales.
Protegiéndose de las distorsiones
¿Cómo podemos, entonces, defendernos de las distorsiones de la Palabra de Dios? La clave está en conocer las Escrituras profundamente, no de manera superficial.
Como John Piper señala, no debemos confiar ciegamente en aquellos que citan textos, sino siempre ponerlos en el contexto adecuado. Además, debemos buscar el consejo de líderes espirituales sabios y basarnos en la obra del Espíritu Santo para darnos discernimiento.
Es vital que estemos atentos a las enseñanzas que recibimos y que las pongamos a prueba contra la totalidad de las Escrituras. La Biblia no debe ser usada como una herramienta para satisfacer nuestros deseos, sino como una guía para vivir conforme a la voluntad de Dios.
Conclusión
Satanás sabe que las Escrituras tienen poder, y por ello, las distorsiona con astucia para engañar a los creyentes. El desafío para cada cristiano es no solo conocer las palabras de la Biblia, sino también entender su verdadero significado y aplicarlas correctamente.
Jesús nos mostró el camino: un conocimiento profundo de la Palabra, la obediencia al plan de Dios y el uso adecuado de las Escrituras como una defensa contra las mentiras de Satanás. Si seguimos el ejemplo de Cristo y buscamos la guía del Espíritu Santo, podemos protegernos de las distorsiones y vivir en la verdad que glorifica a Dios.
04:15 p. m.Artículo por: Crosswalk.com.
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