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¿Por qué los hombres van menos a la iglesia?

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NOTICIACRISTIANA.COM- En muchas partes del mundo, es común observar que las iglesias, suelen estar más llenas de mujeres que de hombres. Ya sea en misas dominicales, cultos evangélicos o reuniones de oración, la presencia femenina es notablemente más fuerte.

Esta tendencia no es reciente ni exclusiva de una región o denominación religiosa; de hecho, investigaciones sociológicas y estudios sobre religión han señalado durante décadas una brecha de género en la asistencia y participación religiosa. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿Qué factores explican que los hombres acudan menos a la iglesia?

En muchas partes del mundo, es común observar que las iglesias suelen estar más llenas de mujeres que de hombres.

1. Construcción cultural de la masculinidad

Una de las explicaciones más sólidas proviene del campo de la sociología de género. La masculinidad, tal como se ha construido social y culturalmente, ha estado asociada con la independencia, la fuerza, la racionalidad y la autosuficiencia.

En contraste, la práctica religiosa —que implica sumisión a una autoridad superior, expresión emocional, reconocimiento de la necesidad de guía o salvación— puede percibirse como contraria a ese ideal masculino.

Muchos hombres, especialmente en contextos donde se espera que sean «fuertes» y «autosuficientes», pueden ver la religión como algo que los debilita o los expone. La idea de orar, mostrar vulnerabilidad o confesar faltas puede entrar en conflicto con las normas tradicionales de género, lo que provoca un distanciamiento con las prácticas religiosas.

2. Falta de identificación con los espacios religiosos

Otra razón es que muchas iglesias han sido históricamente más receptivas a las necesidades, estilos y formas de comunicación femeninas. En muchas congregaciones, los temas tratados, el lenguaje emocional o el enfoque comunitario son aspectos que suelen resonar más con las mujeres.

Por otro lado, algunos hombres pueden sentir que la iglesia no habla directamente a sus intereses o luchas particulares, como el estrés laboral, la presión social para ser proveedor, la salud mental masculina, entre otros. Cuando las homilías, sermones o enseñanzas no parecen relevantes para sus vidas, la desconexión crece.

3. Roles sociales y tiempo disponible

En muchas culturas, las mujeres son quienes han asumido, de manera tradicional, la responsabilidad de transmitir la fe a los hijos y mantener la vida espiritual del hogar. Esto las lleva naturalmente a involucrarse más en actividades religiosas. Además, los hombres, al estar más ocupados en trabajos fuera del hogar o en empleos exigentes, pueden encontrar menos tiempo o disposición para asistir a la iglesia.

Aunque esto está cambiando con la evolución de los roles de género, muchas familias aún funcionan bajo esquemas tradicionales, donde el padre delega la vida espiritual en la madre.

4. Desafección institucional

También es importante considerar la creciente desafección de muchos hombres hacia las instituciones en general. La religión organizada, para algunos, representa rigidez, control o hipocresía. Este rechazo no es exclusivo del género masculino, pero parece afectar más a los hombres, especialmente a los más jóvenes.

Ellos tienden a buscar formas de espiritualidad menos institucionalizadas y más personales, como la meditación, el contacto con la naturaleza o la lectura individual. Para ellos, la iglesia como edificio o como estructura jerárquica puede resultar innecesaria o incluso incómoda.

5. Falta de modelos masculinos dentro de la iglesia

En muchas congregaciones, los roles de liderazgo visibles están ocupados por mujeres, sobre todo en funciones comunitarias y pastorales no sacerdotales. Aunque en algunas iglesias los líderes religiosos son hombres (como los sacerdotes en el catolicismo), hay una carencia de modelos masculinos diversos y accesibles que representen formas saludables y actuales de vivir la fe.

Muchos hombres no se sienten representados en estos líderes o no ven cómo sus propias luchas podrían encontrar respuesta o consuelo en la experiencia religiosa ofrecida por la iglesia.

Conclusión

La menor asistencia de hombres a la iglesia no significa necesariamente una falta de fe o espiritualidad. Muchas veces refleja tensiones culturales, desafíos institucionales y una necesidad de replantear cómo se comunican los mensajes religiosos.

Para revertir esta tendencia, muchas iglesias están explorando nuevas formas de conectar con los hombres: grupos de reflexión masculina, espacios de diálogo sin juicios, actividades que integren fe, y vida cotidiana.

Comprender estas causas no es una crítica, sino una invitación a repensar cómo la iglesia puede seguir siendo un espacio significativo para todos, sin importar el género.

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Artículo por: Psephizo.com


Publicado por: NOTICIACRISTIANA.COM.- ¿Tienes noticias locales, testimonios o eventos cristianos? Te invitamos a enviarlas a NoticiaCristiana.com a través de este enlace: https://noticiacristiana.com/envio-de-noticias.


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