NOTICIACRISTIANA.COM.- La misionera Zete Alves desató furor en las redes sociales con una grabación reciente. La predicadora lamentó que creyentes con piercings, jeans o minifaldas dirigieran la alabanza en un culto de la Asamblea de Dios, según lo informó Fuxico Gospel.
La líder aseguró que presenció un “desfile ante el altar” y que, pese a la sorpresa, hablaría sin filtros.
Zete comparó después a una cantante adornada con luces navideñas y afirmó que los atuendos eclipsaron el mensaje.
La predicadora sostuvo que la ropa revela un “evangelio de liquidación” donde beber vino, mantener aventuras o salir de fiesta pasa inadvertido.
El sermón recibió aplausos de quienes apoyan normas estrictas de santidad; sin embargo, otros creyentes denunciaron legalismo y falta de amor.
El video de la misionera se viralizó y reavivó la discusión sobre los límites de conducta en el púlpito.
Muchos líderes evangélicos respaldan la posición de Alves y exigen el retorno a estándares considerados sagrados e innegociables.
La apariencia enfrenta a dos generaciones evangélicas
Otros creyentes insisten en que la apariencia no define la espiritualidad de nadie y que la rigidez muestra control religioso más que convicción bíblica.
Esta tensión generacional divide púlpitos y congregaciones, además de inundar cronologías digitales con debates acalorados.
Algunos observadores resaltan que iglesias con reglas estrictas suelen protagonizar escándalos ocultos de adulterio, corrupción o abuso de autoridad.
Estos casos abren, por tanto, una pregunta incómoda sobre el valor del celo externo cuando falla el carácter interno.
Los críticos concluyen que, en ciertos entornos, la chaqueta pesa más que la integridad del corazón.
Los defensores de la misionera recuerdan, asimismo, que la Biblia insta a la modestia.
