NOTICIACRISTIANA.COM.- La misionera estadounidense Carole Ward ha dedicado su vida a llevar el mensaje de Jesús y esperanza a comunidades afectadas por el terrorismo en el Sahel, una vasta región que atraviesa 10 países africanos y enfrenta graves conflictos.
El Sahel no es un lugar común para la evangelización. Con temperaturas extremas de hasta 46°C y una de las mayores concentraciones de actividad terrorista en el mundo, es una zona de alto riesgo. “La región del Sahel no es el tipo de lugar donde vas para pasear, eres llamado para acá”, expresó Carole en una entrevista con CBN News.
Un legado de fe
Carole proviene de una familia de misioneros: sus padres sirvieron en Filipinas durante más de seis décadas, enfrentando peligros constantes de grupos extremistas como Abu Sayyaf. “Percibo que el miedo es contagioso, pero la fe también”, comentó, destacando la firmeza de su familia en tiempos difíciles.
Su historia se remonta aún más atrás: sus abuelos fueron misioneros en China por 30 años, estableciendo un legado de servicio y evangelización. Para Carole, la misión no es solo una elección, sino un propósito heredado.
Conversión de radicales a Jesús
Actualmente, Carole trabaja en Chad, un país donde operan grupos terroristas como Boko Haram, el Estado Islámico y Al-Qaeda. Su enfoque no solo incluye evangelizar, sino entrenar misioneros locales para expandir el mensaje. “Si no avanzamos al ritmo de los extremistas, perderemos la batalla espiritual y física”, enfatizó.
En su escuela de entrenamiento misionero, incluso militantes de Boko Haram han decidido seguir a Jesús. “Tuvimos algunos miembros del Boko Haram que se convirtieron a Jesús en nuestra escuela de entrenamiento misionero”, reveló.
Movilización y evangelización a gran escala
Carole lidera un movimiento nacional de oración y formación de misioneros. Hasta la fecha, han enviado más de 150 cristianos chadianos a compartir el Evangelio de Jesús en regiones de difícil acceso.
Entre los evangelistas se encuentra Digba Katsala, quien predica abiertamente en la capital, N’Djamena, con un equipo de sonido, a pesar de la fuerte presencia musulmana. “A veces, la gente no es receptiva y puede volverse agresiva, pero cuando ven que persistes con la Palabra de Dios, empiezan a escucharte”, comentó.
Testimonios de transformación
Uno de los casos más impactantes es el de Abdoulaye Mayangar, quien antes era un musulmán devoto. “Yo era un musulmán fervoroso. Oraba cinco veces al día, ayunaba en Ramadán y no gustaba de los cristianos”, compartió. Sin embargo, su vida cambió completamente tras conocer el Evangelio y ahora dedica su tiempo a difundir el mensaje de Cristo.
Carole concluye que la misión requiere sacrificio y entrega absoluta: “La oración nos transforma, nos llevando a estar dispuestos a entregar nuestras vidas y cumplir la Gran Comisión, cueste lo que cueste”.
Anuncia tu producto, servicio o empresa, escríbenos al correo: [email protected]