RÍO DE JANEIRO, BRASIL — El obispo Edir Macedo, fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios (Igleisa Pare de Sufrir), ha provocado una gran controversia. Sus comentarios sobre el suicidio de un pastor de su iglesia fueron ampliamente criticados. Durante un programa, Macedo se refirió a la muerte del pastor de 35 años y sugirió que su «fe emotiva» fue la causa de la tragedia. También rechazó la conocida frase del apóstol Pablo: «Bástate mi gracia».
Edir Macedo, minimizó la muerte del pastor. «Él se mató. Lo sentí mucho. ¿Qué voy a hacer? ¿Me voy a quedar llorando por su muerte? No voy a quedarme llorando. Yo voy a continuar en mi fe. Yo voy a seguir adelante. Pero aquellos que viven una fe emotiva, aquellos que viven de esa gracia, ‘bástate mi gracia bla, bla, bla, bla…’, que viven con una fe sentimental, son los débiles, son los enfermos crónicos que tenemos dispersos en las iglesias», declaró.
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Edir Macedo dice que el suicidio este pastor demuestra que «nunca lo fue»
Según la visión de Edir Macedo, la muerte por suicidio demostró que el joven «nunca fue pastor». Afirmó que si hubiera sido un «hombre de Dios», habría superado sus problemas. «Él vencería, porque yo pasé por problemas peores que él», declaró. Estas palabras generaron una fuerte polémica, especialmente entre teólogos y líderes de otras denominaciones, quienes consideran que sus comentarios son insensibles y teológicamente cuestionables.
Tras la polémica, la Iglesia Universal emitió un comunicado para aclarar los hechos. La nota explica que el caso ocurrió en Bolivia y que el pastor Lucas «no enfrentaba un cuadro de depresión». La iglesia afirma haber invertido «todo lo que pudo para su total recuperación y, gracias a los esfuerzos empleados y a la fe, él fue curado». Esta declaración contradice el testimonio inicial de la viuda.
Según el comunicado, el pastor Lucas estaba con voluntarios en la iglesia cuando «sin explicación, corrió hacia la calle, invadió un lugar privado y escaló una antena». Agrega que el pastor «no consiguió mantenerse en la antena y cayó», demostrando un «estado emocional alterado». La iglesia enfatiza que son «falsos los relatos perversos e insensibles» que alegan que la institución conocía el estado mental del pastor y se había negado a ofrecer ayuda.
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