NOTICIACRISTIANA.COM.- En nuestra caminata de fe, es fácil creer que Dios se manifiesta principalmente en los nuevos comienzos, en las bendiciones evidentes y en las oraciones respondidas con un «sí». Nos encantan los relatos de victoria y apertura.
Pero, ¿Su voz también resuena con una claridad profunda y tranquilizadora en los finales? La verdad es que Dios es soberano no solo sobre los inicios, sino también sobre los cierres. Reconocer Su mano cerrando ciclos es un acto de fe que nos permite discernir Su voluntad perfecta incluso en medio de la despedida.
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Un Dios que ordena los tiempos

En el libro de Eclesiastés, el sabio nos recuerda: «Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora… tiempo de guardar, y tiempo de desechar» (Eclesiastés 3:1,6 RVR1960). Este pasaje establece un principio divino: la vida está compuesta por estaciones, y el mismo Dios que ordena el tiempo de florecer, también decreta el tiempo de podar.
Vemos este patrón una y otra vez en las Escrituras:
- Elías y Eliseo (2 Reyes 2): Dios cerró el poderoso ministerio de Elías con un carro de fuego, no como un final trágico, sino como una transición gloriosa para dar paso al profeta Eliseo, cuyo ministerio tendría un carácter diferente.
- Los planes de Pablo (Hechos 16:6-10): El apóstol Pablo tenía un plan misionero, pero el Espíritu Santo se lo impidió. Le cerró la puerta de Asia y luego le impidió ir a Bitinia. ¿Un fracaso? No. Fue a través de ese «no» y de esa puerta cerrada que Dios lo redirigió hacia Macedonia, un territorio crucial para la expansión del Evangelio.
Estos ejemplos nos enseñan que los finales en Dios nunca son arbitrarios. Son parte de un diseño más grande que nuestros ojos no siempre pueden ver.
Cómo discernir si es Dios quien está cerrando el ciclo

No todo final es necesariamente una orden directa de Dios; a veces son consecuencias de nuestras decisiones o de un mundo caído. Sin embargo, podemos buscar ciertas señales para discernir si es Su mano soberana la que está actuando.
- La paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7): Aunque haya tristeza, nostalgia o dolor, hay una convicción profunda en el espíritu, una paz que no se explica de forma humana, que te afirma que, a pesar de todo, estás en el centro de la voluntad de Dios. No es ausencia de emociones, sino una seguridad que las trasciende.
- La confirmación a través de Su Palabra y la oración: Al buscar a Dios en oración y sumergirte en las Escrituras, comienzas a recibir confirmación. Un pasaje bíblico parece hablarte directamente, una idea recurrente trae claridad en medio de la confusión, y sientes la quietud de Su presencia, no un espíritu de condenación.
- Las puertas que se cierran irremediablemente: Has orado, has trabajado, has hecho todo lo humanamente posible, pero la situación no avanza. Es como si una fuerza mayor—el Espíritu Santo—estuviera bloqueando el camino para redirigir tus pasos, tal como lo hizo con Pablo.
Qué hacer cuando un ciclo termina

Identificar que Dios ha cerrado un capítulo es el primer paso. El siguiente es caminar en fe a través de la transición.
- Acepta y suelta (Filipenses 3:13-14): Un final duele. Pero el apóstol Pablo nos enseña a «olvidar ciertamente lo que queda atrás» y avanzar «a lo que está delante».
- Da gracias y haz un memorial: Como los israelitas que levantaban piedras conmemorativas tras cruzar el Jordán, haz un «memorial» de gratitud en tu corazón. Esto sana y cierra la etapa con honra.
- Busca la lección, no solo el alivio: En lugar de preguntar «¿por qué a mí?», pregunta «¿Qué quieres que aprenda de esto, Señor?» Dios está más interesado en formar tu carácter que en tu comodidad.
- Permanece en espera activa: No te apresures a forzar una nueva puerta. Usa este tiempo para buscar Su rostro, servir en lo pequeño y estar atento a Su siguiente instrucción. «Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová» (Salmo 27:14).
El final es un umbral, no un muro
Un final decretado por Dios no es un muro de contención que marca el límite de tu vida. Es un umbral, el pasaje necesario hacia la siguiente etapa del plan que Él tiene para ti. La misma mano amorosa y soberana que cierra una puerta con firmeza es la que sostiene la llave para abrir la siguiente.
En lugar de forcejar con la puerta cerrada, respira hondo y dile a Dios: «Señor, no entiendo este final, pero elijo confiar en Ti». Recuerda la promesa de Aquel que está en el trono: «He aquí, yo hago nuevas todas las cosas» (Apocalipsis 21:5).
Fuentes y Recursos
- Bible Gateway: https://www.biblegateway.com/ (Para la consulta de versiones bíblicas RVR1960, NVI, etc.).
- Blue Letter Bible: https://www.blueletterbible.org/ (Para estudio de palabras en hebreo y griego, comentarios).
- Nuevo Testamento Hechos 16:6-10 (NVI): https://www.biblegateway.com/passage/?search=Hechos+16%3A6-10&version=NVI
- Libro de Eclesiastés 3:1-8 (RVR1960): https://www.biblegateway.com/passage/?search=Eclesiastés+3%3A1-8&version=RVR1960
- Filipenses 4:7 (RVR1960): https://www.biblegateway.com/passage/?search=Filipenses+4%3A7&version=RVR1960
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