NOTICIACRISTIANA.COM.- A pesar de estar sano y tener vida de deportista, el cristiano Javier Fabián Vázquez, de 44 años, contrajo Covid-19 y desarrolló una condición muy grave.
En marzo de este año, Javier sintió los síntomas de la enfermedad muy fuertes y tuvo que ser ingresado en el hospital. El hombre llegó a urgencias con fiebre alta, baja saturación y ya el 25% de sus pulmones estaban comprometidos. Según Fabián, todo pasó muy rápido y su estado de salud empeoró en pocos días.
“Apenas pude despedirme de mi esposa. Solo tuve tiempo de enviarle un mensaje de texto diciendo: ‘¡Me están llevando!’. Después de eso, me quité el anillo y mis pertenencias y lo puse en una pequeña bolsa para dárselo”, reveló, informa Igreja Batista Atitude.
Cuando llegó la sala de emergencias, Javier fue ingresado en la Unidad de Cuidados Semi-Intensivos y al día siguiente fue intubado en estado grave. De repente, el cristiano desarrolló varias complicaciones por Covid-19 : neumotórax, neumomediastino, fístula pulmonar, trombosis, enfisema subcutáneo e infecciones.
Su esposa Larrubia, al observar la situación, decidió crear un grupo de oración en línea para interceder por Fabián. Amigos, familiares, pastores y hermanos la iglesia comenzaron a reunirse todos los días, a través de Zoom, para orar.
Milagro de sanación
Durante la estadía en el hospital, su esposa Larrubia se hizo amiga de Alyne, una de las técnicas de enfermería, que estaba lejos de los caminos del Señor. Larrubia le dio un aceite de la unción y le pidió que orara por Javier cuando estuviera de servicio.
Una mañana, cuando Alyne estaba trabajando, oró con las manos sobre los ojos de Javier. Al instante, brotaron lágrimas y sus ojos se hincharon. La técnica de enfermería quedó impactada al presenciar el milagro y terminó reconciliándose con Dios.
Los hermanos de la iglesia de Fabián continuaron orando y ayunando firmemente por su recuperación, y Dios comenzó a actuar. Su saturación aumentó al nivel ideal y el equipo médico inició el proceso de retirar los sedantes para que el hombre despertara.
«Cuando me desperté vi a muchas personas alrededor de mi cama cogidas de la mano, llorando en voz alta, incluso pregunté, cuando me desperté, cuántas personas había en la habitación. Pero sabía que solo éramos mi médico asistente y yo. Dios me permitió tener una visión de todas las personas que estaban orando por mí”, testificó Javier.
Después de 4 meses en el hospital, el cristiano finalmente fue dado de alta y regresó a casa. “Muchas iglesias quieren que vaya a hablar sobre lo que Dios ha hecho en mi vida, entiendo que no es de lo que vivimos, ¡sino de lo que lograremos! Me conocían como ‘el argentino’ y ‘el tatuado’. Hoy me llaman milagro andante», declaró.
Además del milagro de sobrevivir a una condición grave en Covid-19, Javier presenció el milagro de la fe en su propia familia. Sus dos cuñadas se convirtieron a Jesús, y los primos ateos de Larrubia llegaron a creer en Dios después de contemplar su curación.
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