Del 7 al 13 de septiembre el pastor de la Iglesia Bautista Nueva Esperanza de Pasadena, Julio Barquero, llevará a cabo una huelga de hambre frente al edificio de la Alcaldía para pedirle al “mayor” Bill White que no implemente el recurso de “policía-migra” en la ciudad a través de la ley 287 (g).
También busca que pronto se logre una reforma migratoria comprensiva en todo el país. Barquero forma parte del grupo de religiosos y organizaciones que defienden a los inmigrantes en nuestra ciudad y que comparten su preocupación contra las injusticias que se cometen contra personas cuyo único delito es trabajar sin permiso de las autoridades migratorias.
“Somos muchas organizaciones las que estamos unidas en esta causa. Ahí tenemos a Crecen, América para Todos, Acorn, ‘Interfaith Worker Justice’, Pastores en Acción; trabajando por el mismo fin”, señaló.
Ellos han planeado una serie de actividades en defensa de los trabajadores indocumentados y sus familias a partir del 25 de agosto.
Historias dolorosas
El pastor bautista ha sido testigo de múltiples historias de deportación que considera muy dolorosas. El excapallán de la League of United Latin American Citizens (Lulac) en Arkansas, dijo que en aquel estado le tocó vivir una intensa lucha en defensa de los inmigrantes, algunas veces con resultados satisfactorios y otras no tanto.
“Recuerdo el caso de tres jóvenes adolescentes a quienes me tocó ver llorar cuando les deportaron a su papá por una situación de la que no tuvo culpa y eso te rompe el alma”, relató. Fue el caso de un padre de familia guatemalteco quien llamó una madrugada a la policía porque sus vecinos anglos estaban escandalizando en una fiesta.
La respuesta de la Policía fue escasa y al expresar su inconformidad el hombre terminó arrestado y lo deportaron a su país, explicó.
“No había cometido ningún delito y lo separaron de su familia”, subrayó Barquero.
“Como esta hay muchas otras historias de injusticia, como fue el caso de una redada que me tocó ver en Arkansas donde deportaron a 17 personas por el simple hecho de estar trabajando. Esto le trae a uno sentimientos de mucha impotencia, mucho dolor y no puede hacer uno nada. Por eso buscamos una reforma migratoria justa”, indicó el fundador de la Coalición Arkansas por una Reforma de Inmigración Comprensiva.
Huecos en ley
Al lado de organizaciones como Acorn, Caridades Católicas, La Casa y El Centro Cristiano Fellowship de la ciudad de Sherwood, Arkansas, consiguieron que se autorizaran licencias para indocumentados, pero fue resultado de mucha lucha.
Para el pastor bautista la deficiencia en las leyes migratorias es lo que provoca la persecución de personas inocentes quienes llegan a la Unión Americana arriesgando sus propias vidas.
“Resulta increíble pensar que este país que se dice primermundista, tiene un sistema de migración que no es de primer nivel. Por eso mucha gente se viene así, cruzando el río o por otras vías, porque no hay un plan de visas que les permita entrar a Estados Unidos. Si las hubiera la gente no haría eso”, añadió.
Barquero llegó de Costa Rica hace 11 años y le duelen especialmente las historias de inmigrantes latinos porque la mayoría de las veces las redadas y deportaciones se realizan en contra de esta raza.
“No vemos redadas de italianos, de chinos, de gente de otras nacionalidades que también sería doloroso, pero siempre observamos rechazo contra los hispanos”, indicó.
A unos días de iniciar su huelga de hambre Barquero dijo estar listo para permanecer en pie de lucha la semana de 7 al 13 de septiembre, la cual considera importante y emblemática para la población norteamericana.
Voces sagradas
Barquero espera que cada vez más organizaciones religiosas se unan a esta causa por tratarse de un arma pacífica y muy poderosa para llamar la atención de las autoridades.
“Es como una luz intermitente para ellos. Yo creo la implementación de la 287-g en la ciudad se ha detenido en gran parte por la unión de organizaciones civiles y religiosas. Cuando nos ven unidos en este movimiento, ven la seriedad del caso”, comentó.
No se trata de ningún asunto político, aclaró, sino de una causa social. Por eso buscan sumar también a pastores de ascendencia afroamericana y anglosajones.
Por lo pronto, recordó, cada primer lunes de mes realizamos nuestra jornada de oración frente al Concilio de Houston y ahí se unen cientos de personas.
¿Porqué huelga de hambre?
“Con este movimiento del que formamos parte muchas organizaciones, yo pienso hacer una protesta silenciosa, pacífica, sin provocaciones. Las huelgas de hambre tuvieron un gran efecto en los años 60’s y 70’s y creo es un mecanismo que puede funcionar”, aseguró.
Desde hace 10 meses, explicó, tenía esta inquietud que platicó con la activista María Jiménez y ahora es momento de llevarla a cabo. Quienes quieran sumarse a la causa pueden apoyarlo, llevándole agua o sumándose a la huelga de hambre un día o más si lo desean y si sus condiciones de salud se los permiten.
“Yo estaré frente al concilio las 24 horas del día, espero dormir ahí y esperamos que todo esto tenga buen resultado”, agregó.