NOTICIACRISTIANA.COM.- Es importante tener en cuenta que las profecías de la Biblia sobre el fin de los tiempos, se escribieron mucho antes de la invención de la pólvora o las explosiones provocadas por el hombre.
En el libro de Apocalipsis, el apóstol Juan hizo un trabajo maravilloso al describir lo que parecen ser eventos nucleares usando el lenguaje que tenía disponible en el primer siglo.
En un intento por describir lo indescriptible, Juan usó una multitud de símiles. Un símil es una comparación entre dos cosas.
Por ejemplo, Apocalipsis está lleno de descripciones que dicen:
- – “Algo como una gran montaña ardiendo en fuego”.
- – “La forma de las langostas era como caballos preparados para la batalla”.
- – “Sobre sus cabezas tenían coronas de algo parecido al oro”.
- – “El sonido de sus alas era como el sonido de carros con muchos caballos corriendo a la batalla”.
Amenaza nuclear
Cuando Rusia declaró la guerra a Ucrania hace meses, algunos de los hombres y mujeres seguidores de Cristo que conozco, inmediatamente comenzaron a orar pidiendo protección contra una guerra nuclear. Entienden mejor que nadie lo tenues que son las tensiones entre Estados Unidos y Rusia.
Recientemente, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, declaró que estaría dispuesto a usar armas nucleares para ganar la guerra contra Ucrania (sus palabras fueron un poco más veladas, pero su significado fue claro). Su amenaza es mucho más violenta, aterradora y de largo alcance de lo que la mayoría de la gente cree.
Sin embargo, ante un peligro nuclear Dios está preparado. Primero, Dios se prepara para un holocausto nuclear alineando a las naciones en orden de batalla.
El libro de Apocalipsis llega a su clímax en la batalla de Armagedón. Los cristianos han sido arrebatados al cielo, el Anticristo ha engañado al mundo y la Gran Tribulación está llegando a su fin. Los reyes y las autoridades gubernamentales han declarado la guerra a Israel, el pueblo de Dios, ya Dios mismo. Es hora de juicio en el campo de batalla.
Dios arrastra a cada nación a su lugar, ¡y luego se ríe de ellos! Están trayendo sus mejores fuerzas de combate, listos para mostrar con orgullo su poderío. Pero ante Dios Todopoderoso, no son nada.
¿La Biblia habla de una bomba nuclear?
Cuando explota una bomba atómica, una pequeña cantidad de materia se transforma en una enorme cantidad de energía. La energía en expansión destruye todo a su paso. Piense en las imágenes de la nube de hongo de Hiroshima y Nagasaki.
Supongo que si nunca has visto una explosión nuclear te parecerá que los cielos se dan vuelta sobre sí mismos. ¡Juan vio el horror de todo! Esta es la mejor descripción que pudo dar:
“Los cielos retrocedieron como un pergamino que se enrolla, y toda montaña e isla fue removida de su lugar” (Apocalipsis 6:14).
Por su parte, El profeta Zacarías también describió lo que sucederá con las naciones que se oponen a Dios:
«Esta es la plaga con que herirá el Señor a todas las naciones que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se pudrirá estando aún en pie, los ojos se les pudrirán en las cuencas y la lengua se les pudrirá en la boca». (Zacarías 14:12).
¿Puedes ver que sus descripciones reflejan el increíble derretimiento de los cuerpos humanos que resulta del intenso calor producido por una bomba nuclear?
Ejemplo de Hiroshima
John Heresy escribió un libro breve, Hiroshima, que narra la vida de seis personas que sufrieron la lluvia radiactiva en Hiroshima y Nagasaki. Una mujer que sobrevivió al holocausto inicial miró con absoluto terror cómo la piel de su cuerpo se arrancaba y sus pies se derretían.
Apocalipsis 14 describe muchos eventos que coinciden con las consecuencias nucleares.
En Apocalipsis 14, Juan ve el mar y todos los ríos convertirse en sangre. El sol quema a las personas con fuego; tal vez una explosión nuclear dañe la atmósfera tan profundamente que ya no tengamos protección contra los rayos del sol.
Ve el mundo sumirse en la oscuridad, quizás porque el humo de la lluvia radiactiva es tan denso que no podemos ver el sol. La gente “se mordía la lengua en agonía… a causa de sus dolores y de sus llagas” (Apocalipsis 14:10-11). Las llagas por envenenamiento por radiación son algunas de las más dolorosas jamás registradas por el campo médico.
El holocausto continúa, mientras Juan describe la caída de todas las naciones que se oponen a Dios. La “siega” continúa hasta la batalla de Armagedón . Y ahí:
“Los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del jinete sobre el caballo [Jesús], y todas las aves se saciaron de sus carnes”. (Apocalipsis 19:21).
Artículo escrito por Roger Barrer en Crosswalk.
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