Israel y Rusia parecían recientemente encaminados a un buen entendimiento, con la firma en Moscú del primer acuerdo militar significativo centrado básicamente en el intercambio de información y la instrucción en Israel de 50 oficiales de la Fuerza Aérea rusa para aviones sin piloto.
Rusia dispone actualmente de 12 aparatos no tripulados israelíes y comprará otros 36 en el futuro, informa la agencia EFE.
Hoy, sin embargo, es un lejano recuerdo borrado por un serio enfrentamiento tras el anuncio de Rusia de vender a Siria misiles crucero supersónicos P-800 Yakhont. «Si la venta se completa, no haremos más caso a las peticiones de Rusia y nos plantearemos vender modernos sistemas militares a lugares estratégicamente importantes desde su punto de vista como por ejemplo Georgia», advierten como respuesta en Israel que no esconde hoy su enfado y sorpresa.
El temor israelí es que los misiles P-800 Yakhont-con una cabeza de 300 kilogramos de explosivos y un alcance de 300 kilómetros-lleguen a manos del grupo chií libanés Hezbollá. Una fuente del ministerio de Defensa en Tel Aviv afirma que «esta venta preocupa mucho a Estados Unidos, pero sobre todo a nosotros, ya que sabemos que tarde o temprano las armas de Siria acaban en poder del grupo terrorista Hezbollá».
«Esta vez han ido demasiado lejos y no corresponde con la cooperación militar bilateral y la mejora de las relaciones. Otorgar armas estratégicas y sofisticadas a Siria, uno de los dos principales países que apoya a Hezbollá y cuando se ha reanudado el proceso de paz, es dar un impulso a los radicales», denuncia una fuente del Gobierno israelí al diario Yediot Ajaronot.
La fuerte oposición de Israel, compartida activamente por Estados Unidos, se ha traducido en una presión desde que Rusia y Siria, firmaran el acuerdo en el 2007. En su visita a Rusia a inicios de mes, el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, pidió a su homólogo ruso, Anatoly Serdyukov y al primer ministro, Vladimir Putin, que no hiciera efectiva la venta. Tanto el jefe de Gobierno israelí, Benjamín Netanyahu, como el Pentágono y la Casa Blanca pidieron a Putin que anulara o aplazara la transacción.
Rusia niega rotundamente que alguno de sus misiles finalicen en el movimiento terrorista Hezbolla, que lidera el jeque Hassan Nasralá.
«No es posible porque Rusia siempre incluye severas condiciones en los contratos de armas. Este acuerdo con Siria fue firmado en el 2007 y debemos cumplir el contrato», señala Serdyukov.
Cabe recordar que en el último conflicto bélico entre Rusia y Georgia, los rusos protestaron enérgicamente ante la alianza estratégica traducida en armas e instrucción, sellada entre Georgia, su país vecino e Israel. Tras la dura protesta de Rusia, los israelíes cesaron la venta de armas a influyentes sectores de Tiflis, la capital.