NOTICIACRISTIANA.COM.- Yamisbel García, sobreviviente de un intento de aborto, creció sintiéndose rechazada y en un hogar abusivo. Pero el Señor Jesús la salvó a ella y a su familia.
“Fui rechazado en el útero. Mi madre tenía poco más de 20 años y tres hijos. Cuando supo que estaba esperando otro hijo, probó remedios caseros para abortar”, dijo.
Debido a los abusos en casa, se volvió una adolescente rebelde. Tiempo después conoció al padre de sus hijos en Puerto Rico y quedó embarazada a los 17 años. Con un novio satánico, aceptó bautizar a su hijo en un templo satánico.
“Ahora sé que era un templo satánico, en ese momento yo era joven e ingenuo. Para mí fue simplemente un bautismo de la tradición”, relató.
Seis meses después de regresar a Estados Unidos, Yamisbel comenzó a trabajar en una panadería colombiana. Allí, por primera vez, escuchó hablar de Jesús a través de su jefe y quedó asombrada.
Milagro
Un día, la familia de Yamisbel la visitó en la panadería y su jefe notó un cordón pagano en el cuello de su bebé. Le preguntó si no creía que Jesús podía protegerlos. Aunque era nueva en la fe, ella decidió tirar el cordón.
“Al año de edad, mi hijo todavía no podía gatear, no caminaba, no hablaba y era muy lento. En otra visita a la panadería, mi jefe dijo: ‘Lo veo en una jaula’”.
“Le dije que lo bauticé en un templo satánico y él dijo: ‘Tenemos que orar por él ahora. Clama la sangre de Jesús sobre tu hijo y ora por él todas las noches.’ Hice esto y en una semana mi hijo empezó a caminar, fue como si volviera a la vida. Fue la primera vez que vi el poder de Jesús”, añadió.
‘En Jesús hay redención’
Un tiempo después dejó la panadería, Yamisbel se alejó de la fe y enfrentó una relación abusiva.
“Un día me arrodillé y dije una oración: ‘Señor, por favor sácame de aquí’. Llegué a pensar que la única solución era el suicidio”, dijo Yamisbel.
Afortunadamente, ella terminó la relación, pero permaneció alejada de Dios. Comenzó a fumar marihuana y a involucrarse en otras relaciones en busca del amor.
Sin embargo, estas experiencias no la llenaron. Dirigida por el Espíritu Santo, regresó a la iglesia y compró una Biblia:
“Dije: ‘Señor, si tienes un propósito para mí, si me creaste, si estoy aquí por una razón, necesito saber por qué estoy perdido’”.
Su fe se fortaleció y la llevó al bautismo. Luego testificó que sus hermanas y cuñados aceptaron a Jesús y oraban por la familia.
“Jesús se convirtió en todo para mí. Busca a Cristo, Él es la respuesta. En Jesús hay sanación y redención”, concluyó.
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