INGLATERRA, REINO UNIDO. – Hace una década, en la ciudad de Manchester, Inglaterra, no se veía un escenario de Pascua, con el juicio y la pasión de Cristo. Preocupados por el descenso en el número de miembros y el avance del islam en el país, la dirección de la Catedral Anglicana decidió ofrecer a los miembros una «experiencia de Pascua», apuntando al mismo tiempo para recaudar fondos para el mantenimiento del templo.
Con un precio de 750 libras (939 dólares), los interesados podían disfrutar de la «experiencia» prometida que incluye una crucifixión real. La persona estaría atada a una cruz colocada en el suelo de la iglesia por algunas horas.
Aunque parece una idea absurda, esta práctica es común en países como Filipinas, donde cientos de cristianos aceptan ser azotados y crucificados, literalmente, para «participar» de los sufrimientos de Cristo.
Sin embargo, en Inglaterra los organizadores de la Pasión de Manchester en 2017 cancelaron el evento, que tuvo lugar el viernes (14), después de que líderes de la iglesia recibieran acusaciones de que serían algo inseguras y blasfemas, informa The Guardian.
Una «experiencia completa de la crucifixión» no había sido aprobado por el pastor Falak Sher, responsable de la catedral de Manchester. «La primera vez que oí hablar de eso, le dije que no me gustaba. Creo que es una vergüenza, todo el mensaje de la cruz es sobre la esperanza y el amor. Cuando vi que se llevó adelante esto, solicité a la Comisión cancelarlo. No era un mensaje muy positivo», dijo Sher.
El objetivo del proyecto era, además de una obra de teatro que cuenta la historia de la Pascua cristiana, recaudar 8.000 libras -10 mil dólares- para cubrir los costos, estimados en 55.000 libras -68 mil dólares-. En total, 120 personas serían parte del escenario.
El director creativo de la obra de teatro, Geoff Millard, dijo que las crucifixiones ofrecidas «serían muy reales» y que el objetivo era «dar una experiencia que ellos jamás olvidarían», Sin embargo, sostiene: «Por supuesto que no habría clavos o cualquier dolor infligido, pero el resto de la experiencia sería muy real».
Alexander Stewart-Clark, que admite ser el autor de la idea de ofrecer las crucifixiones, dijo que no creía que eso sería una blasfemia, pero admitió que, para muchos, era de mal gusto.
El reveló que parecían interesados, pero se negó a decir cuántos estarían. Añadió que la catedral ha estado estudiando otras formas de recaudar fondos, pero no están teniendo éxito.
