NIGERIA.- Un misionero fue muerto a tiros en Nigeria cuando alababa a Dios con su guitarra interpretando la canción «Amazing Grace» (“Maravillosa Gracia”). Su muerte fue relatada por otros dos misioneros sobrevivientes de Gran Bretaña.
«Era un hombre de fe, humor, música e invención», dijo el pasado viernes el sobreviviente David Donovan sobre la víctima Ian Squire, de 57 años. Además de Ian y David, las misioneras Shirley Donovan y Alanna Carson fueron secuestradas en Delta, en el sur de Nigeria, donde quedaron atrapados en una cabaña de bambú por tres semanas. Los secuestradores pertenecían a los «Egbesu», una banda religiosa que cultiva una divinidad de la guerra.
Después de llevar a los cuatro rehenes a la cabaña, los secuestradores decidieron entregar algunas de sus pertenencias, incluyendo la guitarra que pertenecía a Ian. Él intentó levantar el ánimo de los otros prisioneros tocando y cantando «Amazing Grace», era la única canción que él sabía tocar sin usar partitura.
«Fue la música perfecta. En ese momento, las cosas empezaron a no parecer tan malas», contó David, recordando que habló a los otros misioneros sobre su decisión de servir al Evangelio y seguir su llamado.
«Pero entonces, después de que Ian terminó de tocar, él se levantó y una salva de tiros lo mataron instantáneamente. Nosotros no vimos quién lo hizo, pero era obvio que alguien de la banda había tirado. Fue terrible ver», lamenta David.
«Nosotros saltamos de la cabaña y entramos al agua, pues creemos que ellos dispararon contra nosotros, pero un miembro de la banda vino y nos puso de vuelta allí con Ian por el resto del día», continuó.
Todavía no está claro por qué los hombres armados decidieron matar a Ian, aunque David especuló que los militantes, intoxicados de drogas y alcohol, pudieron haber temido que la música pudiese entregarlos.
Esencia misionera
La pareja David y Shirley decidieron iniciar el trabajo misionero en el estado de Delta después de que supieran de la alta tasa de mortalidad infantil en la región. Ellos construyeron una clínica en Enekorogha, una pobre comunidad de Nigeria, y pasaron a entrenar a los residentes locales para ayudarlos.
Ellos cuentan que nunca habían oído hablar de los Egbesus antes de ser secuestrados, aunque los militantes habían provocado miedo entre los civiles en la región. Después de sobrevivir tres semanas en condiciones difíciles y testimoniar la muerte de su amigo, los rehenes británicos fueron finalmente liberados. Los secuestradores les dijeron que el gobierno nigeriano había pagado un rescate.
David dice que nunca se olvidará de Ian. «Él tenía hambre de saber más de Dios y vivió con ese propósito. Él no tenía miedo de ir a ninguna parte, incluso estar en el Delta «, dijo el misionero. «Él también traía una sensación de diversión, la gente lo quería y lo apreciaba».
[ Fuente: Christian Post ]