ONU culpa a policías de Ortega de quemar viva familia cristiana

MANAGUA, NICARAGUA.- Un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la crisis de Nicaragua presentado el miércoles (29) por la Misión del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Derechos Humanos (Oacnudh) desconoce la versión policial en dos crímenes contra manifestantes nicaragüenses a partir del 18 de abril. Estos casos son la masacre del barrio Carlos Marx y el crimen contra el bebé Teyler Lorío Navarrete, en Las Américas Uno, en Managua.

Oacnudh refiere que el 16 de junio, seis miembros de una familia, incluyendo un niño de 3 años y un bebé, murieron como resultado de un incendio provocado en su residencia en el vecindario Carlos Marx, de Managua.

“Según consta, la casa fue incendiada porque los dueños no permitieron a la Policía y a los francotiradores utilizar el tejado”, afirma la Misión de Oacnudh. El documento del organismo de alto nivel de Naciones Unidas coincide con los abundantes testimonios de testigos y sobrevivientes de la tragedia, como la versión que ofreció el día del sepelio uno de los hijos de las víctimas.

“Nosotros nunca hemos simpatizado con ningún partido político, peor sandinista, y quien mató a mi padre, a mi madre, a mi hermano y a mis sobrinos fueron las turbas sandinistas y la Policía.

Nosotros somos testigos donde ellos le pegaron fuego a la casa, ellos (víctimas) querían salir y ellos (turbas) apuntaban con AK-47, disparando para que no se salieran, hasta esperaron que se quemara la casa para irse”, señaló en esa ocasión un hijo del pastor, Óscar Pavón.

La casa incendiada era propiedad del pastor evangélico Oscar Velásquez Pavón y su pareja Maritza López, quienes murieron calcinados.

El Gobierno del presidente de Nicaragua Daniel Ortega pretendió manipular esta masacre al asegurar que las víctimas eran miembros de su partido, pese a que una de las sobrevivientes señalaba directamente a los paramilitares y la policía que sirven al régimen de Ortega.

Por las redes sociales circularon videos y testimonios en los se veía a la Policía acompañando a los paramilitares y rodeando el lugar para impedir que los vecinos auxiliaran a la familia mientras se quemaban vivos en el interior de la casa de tres pisos.

Sobreviviente se exilió por temor

Ante el acoso y la persecución del cual era víctima, una de las sobrevivientes que acusó directamente a la Policía Nacional de ser autora del hecho, debió salir al exilio, como lo han hecho miles de nicaragüenses.

Han pasado, más de dos meses y aún no hay ningún detenido y tampoco el Gobierno volvió a recordar el caso.

Ambos crímenes causaron conmoción a nivel nacional e internacional por la forma dantesca en que fue incinerada la familia cristiana evangélica  y el descaro con que se quiso ocultar el régimen de Ortega, el asesinato del bebé, afirmando que había sido “suicidio”, mediante la manipulación del acta de defunción.

En ambos hechos hubo manipulación de las autoridades por intentar responsabilizar a los manifestantes, durante una de las fases más salvajes de la represión gubernamental contra la población civil desarmada, como fue la llamada “operación limpieza” ejecutada por paramilitares y policías del régimen contra tranques y barricadas.

ADN: «Dios hará justicia»

Las Asambleas de Dios de Nicaragua (ADN) expresó en su momento que esta familia pertenecía a esta denominación y eran parte de la iglesia Ministerio Apostolar Centro Cristiano. En una carta dijeron: «Como cristianos evangélicos nos consterna el reciente asesinato vil de los hermanos Velásquez López, Velásquez Raudez y otros hermanos de la fe, repudiamos los actos de barbarie y asesinatos de los que han sido víctimas cada hermano Nicaragüense desde que iniciaron estos sucesos de crueldad; tenemos la certeza que la justicia de Dios alcanzará a los autores materiales e intelectuales de estos viles hechos».

Niño asesinado era de familia cristiana evangélica

Respecto a la muerte del niño Teyler Leonardo Lorío Navarrete, este tenía de 14 meses de edad, fue asesinado la mañana del 23 de junio de un disparo en la cabeza en una de las calles de las Américas Uno, en Managua, en un ataque perpetrado por paramilitares y policías del régimen de Ortega.

«Aquí nosotros somos cristianos evangélicos y nosotros esperamos que el Señor haga el cambio total que saque lo malo y traiga lo bueno”, indicó en su momento Jaime Lorío, abuelo del niño asesinado.

“Aquí nosotros somos cristianos evangélicos y nosotros esperamos que el Señor haga el cambio total que saque lo malo y traiga lo bueno”, agregó Lorío.

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[Fuente: La Prensa y NoticiaCristiana.com ]

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