En depresión, pastor de Asambleas de Dios comete suicidio

BRASIL. – Un nuevo caso de suicidio entre líderes evangélicos fue registrado el pasado martes 1 de enero de 2019 en Teresina (PI): el presbítero de la Asamblea de Dios que era conocido como «pastor Machado», por sus atribuciones junto a la denominación.

El pastor Machado era dirigente de una congregación de las Asambleas de Dios y vinculado a la Convención Estatal de la denominación (CEADEPI). En el culto de Año Nuevo, él participó en la celebración, oró y se congratuló con los hermanos, y cuando ya estaba en casa, se fue al baño y se suicidó alrededor de las 4: 30 a.m.

Según la información del portal de Noticias JM, el pastor – identificado sólo como Machado – tenía 60 años y estaba bajo el liderazgo del pastor Edmilson Cruz, jefe de campo de Jardim Europa, donde se encuentra su congregación. Esta referencia habría sido confirmada por el pastor de la Asamblea de Dios y Misiones en Cocal de los Alves (PI), Odiel Lopes.

Otro pastor asambleísta Daniel Fontinelle, presidente de las Asamblea de Dios y Misiones en Barra de la Alcántara (PI), reveló que el presbítero Machado ejercía su pastorado en pequeñas congregaciones hace décadas, era policía militar jubilado y se encontraba en una profunda depresión.

«Era un gran hombre de Dios, dedicado a la obra del Señor Jesús; pastoreó durante 30 años iglesia aquí en Piauí, pero, de repente, fue acometido por una depresión profunda. Él había entregado la iglesia hace un mes atrás para realizarse un tratamiento», contextualizó.

La recurrencia de los casos de depresión seguido de suicidio entre los pastores fue analizada por la psicóloga Marisa Lobo como el resultado de una especie de gatillo. Resaltando que, aunque no se pueda hacer un diagnóstico completo y preciso a esa altura sobre esta secuencia de casos, es posible notar que la repercusión de las muertes en los medios de comunicación puede haber inducido a otros ministros que sufren de depresión a apelar a esa medida drástica a fin de aplacar el sufrimiento.

«Tiene un disparador cerebral que se acciona dependiendo de cómo se aborda un tema en la sociedad. Estupro, suicidio, pedofilia. Cuanto más se habla de violencia, más violencia tiene. Algo sucede, ese gatillo es accionado y algunas personas al ver, se sienten motivadas a hacer esas cosas. «Eso está sucediendo en el caso del suicidio en cadena, y eso es muy serio», evaluó Marisa Lobo.

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Fuente: Noticias JM

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