NOTICIACRISTIANA.COM – Existen muchos motivos para valorar, cultivar y comprender la ley de Dios. El salmista expresó ese anhelo cuando escribió: “Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley” (Salmo 119:18). Entonces, cuanto más conozcamos a Dios y sus caminos, mejor disfrutaremos de la veracidad de su Palabra.
El apóstol Lucas Márquez, en el programa Éxodo, examina el Salmo 119, para conocer la importancia para apreciar la ley de Dios. En este sentido, indica que este libro relata cómo en el tiempo de Saúl, David y Salomón, en el Antiguo Testamento, se caminó bajo el diseño de la ley de las Palabras de Dios.
Sin embargo, explica que hoy en día, se disfruta de la Palabra, que es Cristo. Es decir, en el Antiguo Testamento, Dios estaba expresado en el cordero, en su hijo amado, que es la Palabra.
Márquez describe que en Salmo 119:2, se precisa que en el Antiguo Pacto, buscaban a Dios. Pero, ese intento de guardar la ley y buscar a Dios con todo el corazón, fracasaron. Por consiguiente, en el Nuevo Pacto, ahora tenemos a Cristo morando en nuestro corazón.
En Salmo 119:31 y 55, indica que amaban su nombre y lo recordaban, en el Antiguo Pacto, guardaban la Palabra. Pero, en la actualidad esa Palabra (Cristo), se hizo carne y habita en nosotros. Márquez, expresa que Salmo 119:58 y 42:5, ejemplifica que suplicaban su presencia, pero que en tiempos de Israel, era ambiental y hoy en día, es un disfrute de una presencia espiritual, a través de la Palabra.
“En el Antiguo Testamento, pedían que la cara de Jehová resplandeciera sobre ellos, era una bendición sacerdotal. El resplandor del rostro sobre uno, era una muestra de misericordia y de bendición. Recordemos la enseñanza de Pablo, que la luz sobre nosotros, es la luz que habita en nosotros, por eso no hay tinieblas en nosotros”, detalla Márquez. Leer Salmo 119:135, 4:6, 80:3-7-19 y 2 Corintios 4:6.
Agrega que Salmo 119:168, 90:1; manifiesta que caminaban en su presencia, porque iba sobre sus cabezas por 40 años, en la nube de gloria y llama de juego, era una presencia ambiental. Sin embargo, la enseñanza apostólica de Pedro, deja claro que Cristo, resplandece en nuestros corazones, somos su morada y él es nuestra morada.
“En el Antiguo Testamento, consideraban que la ley de Dios era su Palabra, confiable para ellos. En este Nuevo Pacto, la Palabra es el espíritu para nosotros, es decir, recibimos La Palabra, que es el espíritu, que se infunde en cada uno de nosotros”, acotó el estudioso. Leer Gálatas 3:21; Juan 6:63; 2 Corintios 3:6 y 14.
Marquez, detalla que en el Antiguo Testamento, creían en la Palabra, la recibían de forma calurosa. Además, amaban la Palabra de Dios, eso era parte del disfrute, porque lo más valioso es amar, la Palabra de Dios. Leer Salmo 119:66; 2 Timoteo 1:12-18 y Salmo 119:48.
“En Salmo 119:103 describe que probaron la Palabra, es decir, se comían la Palabra y la disfrutaban. Eso era parte de ese pacto que consideramos decrépito, pero miremos todo lo que disfrutaban con probar la Palabra. Entonces, ahora que nosotros tenemos la Palabra, morando en nuestro corazón, lo tenemos todo, porque somos el domicilio de la Palabra”, resalta Márquez. Leer Salmo 119:103.
El apóstol indica que de acuerdo a Salmo 119:14; 111:162, se regocijaban en la Palabra, porque vivifica, ya que es el Cristo crucificado que venció la muerte, y que ahora mora en nosotros. En Salmo 119:54, se especifica que cantaban a la Palabra.
“En el Antiguo Testamento tenían un corazón íntegro en la Palabra. Además, se inclinaban en oración hacia ella. Por lo tanto, necesitamos tener un corazón que se incline a la Palabra de Dios”, dijo Márquez. Leer Salmo 119: 26, 80, 112.
Por otro lado, Márquez expresa que siempre buscaban la Palabra del Señor, para conocer todo lo que Dios quiere. Asimismo, sentían anhelo por la Palabra, oraban por ella porque es el propósito eterno de Dios y confiaban en ella. Leer Salmo 119:45, 40, 131, 43, 74, 114, 147, 42; Número 23:19 y 2 Pedro 1:19.
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