NOTICIACRISTIANA.COM – La importancia de provocar el cambio es cada vez más evidente, en un mundo en constante evolución. En todos los ámbitos, desde lo personal hasta lo social y espiritual, el cambio es importante para el crecimiento y el progreso.
El pastor Luis Eduardo Barbosa, en un seminario organizado por ADME-USA, insta a no cambiar solo de calendario, sino a transformar nuestra manera de actuar y pensar.
«No se trata de cambiar de año, es necesario cambiar nuestra manera de actuar y pensar, de lo contrario las cosas seguirán siendo las mismas», expresa con convicción.
En sus palabras, yace una profunda verdad: el cambio verdadero comienza dentro de cada uno de nosotros.
Cambio en la sociedad
«Tenemos que cambiar nosotros para que otros cambien. Para que haya un cambio en la sociedad lo primero que tenemos que hacer es cambiar nosotros», recalca con firmeza.
Barbosa desafía la complacencia que a menudo encontramos en nuestras prácticas religiosas. Señala que la oración, sin una acción correspondiente, se convierte en un mero ritual.
«Toda la humanidad espera la manifestación de los hijos de Dios, y nosotros cómodos dentro de cuatro paredes. Vemos la oración como un burladero, debemos ponerle acción para que no sea una religión, la oración sin acción es mera religión», afirma.
El llamado a la acción no se limita a un individuo, sino que se extiende a toda la comunidad de creyentes.
«Todos somos necesarios para el edificio espiritual que Dios quiere levantar», proclama, citando las palabras bíblicas que nos recuerdan que seremos conocidos por nuestros frutos visibles.
El pastor nos desafía a impactar nuestra generación y las futuras, buscando el bienestar de nuestra familia y la sociedad en su conjunto.
«El propósito es que nuestra familia sea bendecida por todas nuestras buenas acciones», enfatiza.
Autoridad a través de la oración
La autoridad que se obtiene a través de la oración, nos recuerda, debe manifestarse en paz y servicio hacia los demás. «Estamos llamados a practicar la paz en nuestros corazones, para que haya paz en la sociedad», subraya.
Barbosa nos exhorta a ser ejemplos vivientes del cambio que deseamos ver en el mundo.
«La que cambia en este momento es nuestro ejemplo», declara con pasión, recordándonos que, si Dios puede cambiar a uno de nosotros, puede cambiar a todos.
En un mundo marcado por la complacencia y la falta de compromiso, Barbosa nos desafía a ser «hacedores» y no simplemente «oidores» de la palabra.
«Es mejor ser hacedores y no simplemente oidores», nos recuerda, instándolos a buscar la sanidad espiritual y a ser verdaderos agentes de cambio en nuestra sociedad.
Al final, nos deja con una llamada a la acción, a ser verdaderas luces y sal en este mundo.
«Lo único que Dios necesita es un corazón dispuesto», concluye, recordándonos que somos los generadores del cambio en este tiempo.
Leer Isaías 2:22; Éxodo 34:10; 1 Timoteo 2:2
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