¿Cuál es el principal desafío al que se enfrenta la iglesia hoy?

NOTICIACRISTIANA.COM- Como cristianos no somos solamente llamados a leer la Biblia sino también a estudiarla y sobre todo, meditar en esas palabras y verdades eternas. En este sentido, ¿cuál es el principal desafío al que se enfrenta la iglesia hoy?

En nuestra reflexión sobre los desafíos a los que nos enfrentamos en nuestros tiempos llegamos a un punto importante. Hablamos de la necesidad de la oración y de la esperanza de nuestra vida cristiana: estar con el Señor para siempre.

En nuestro tiempo tenemos todos los medios a nuestra disposición para leer y entender la Biblia. Pero a pesar de todo, da la impresión que no hay ni tiempo ni pasión por el estudio de la Palabra de Dios.

Me temo que también para los que predicamos y enseñamos regularmente esto es un peligro real. La rutina es el archienemigo del pensamiento meditativo.

Ejecutivo espiritual

El pastor evangélico hoy en día es una persona que se parece más a un ejecutivo de una empresa que a una persona que está de tú a tú con Dios y se ocupa de cosas más allá de este mundo. Lo digo sin la menor intención de ofender a nadie. Hablo por experiencia propia.

¿Cuántos pastores hoy en día todavía se permiten el lujo de encerrarse a diario en sus despachos para dedicarse a estudiar, orar, meditar y preparar sus mensajes escrupulosamente? Lo mismo es cierto para nuestros creyentes.

¿Qué importancia se da al estudio concienzudo de la Biblia? Me da la sensación que más que un creyente sabe más sobre la alineación y la táctica de su equipo de fútbol preferido que sobre los contextos y verdades más elementales de la Biblia. 

Tenemos programas de ordenador, Biblias online, comentarios de todo tipo -además muchos de ellos de forma gratuito- tenemos diccionarios bíblicos, Biblias de estudio y materiales de formación por un tubo. Pero -por regla general- los mensajes que se oyen los domingos son más superficiales e irrelevantes que nunca.

Desafío

Había un tiempo cuando al pueblo evangélico se le conoció como el pueblo de la Biblia. Y aunque hacemos todo tipo de promociones y campañas para promover la lectura de la Biblia, ese libro parece que entre nosotros es menos leído que nunca y mucho menos entendido.

Si como cristianos evangélicos no somos capaces de volver a las Escrituras, para someternos a ellas y sacar de la Biblia vigor, pasión, fuerzas y una cosmovisión radicalmente distinta del mundo que nos rodea al final nos perderemos en la irrelevancia. Ni servimos para el reino de Dios ni servimos para este mundo.

Pero el problema es no es solamente la falta de tiempo para leer y estudiar la Biblia. Todo esto tiene que ver -en mi humilde opinión- con la pérdida de un arte bien escaso hoy en día: la capacidad de meditar sobre lo leído.

A primera vista, parece que la meditación es algo que nos parece extraño, reservado para corrientes y religiones orientales. Pero la Biblia nos insta en muchos lugares a buscar y a pasar tiempo meditando la palabra.

Como cristianos debemos saber que reflexionar sobre la palabra de Dios es fundamental al momento de predicar, hablar y ofrecer una imagen de un verdadero cristiano. Pensemos en esto.

Por: José Hutter.


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