NOTICIACRISTIANA.COM.- Estoy seguro que lo has escuchado, “Ayúdate…que Dios te ayudará”. No solamente este dicho popular rima, sino que te da el control y puedes determinar los resultados de tu vida.
Como muchos dichos populares perpetua una mentira. ¿Sabes cuál es el engaño en este dicho, que aún muchos creyentes creen que esta en la Biblia? Una mentalidad legalista.
Esta mentira se comunica de diferentes maneras:
“Tú tienes que hacer tu parte para que Dios te pueda bendecir”
“Si trabajas duro para Dios–El será fiel
“Mientras más te esfuerces–más Dios te va a ayudar”
Esto no es otra cosa que una mezcla de carne y fe que es como el agua y el aceite; no mezclan.
Tu vida en Cristo no se trata de esforzarte mucho para que ayudes a Dios, sino permitir que la vida de Cristo haga su obra en ti y se exprese a través de ti.
Cuando esta consiente de la vida impartida de Cristo, él mismo te energizara y causara en ti el querer como el hacer para su buena voluntad.
El único problema con esto es que no podrás gloriarte de nada sino solamente vivir agradecido.
El Peligro de esta mentira
¿Por qué es peligrosa esta mentira? ¿Por qué tienes que eliminar totalmente esta idea que si te “ayudas, Dios te ayudará”?
Cuando tú crees esta mentira, es como subirte a una trotadora de activismo religioso. Te subes y comienzas a caminar, al principio es despacio, te congregas, lees la Biblia, oras, después de todo estás haciendo “tu parte para que Dios haga lo de él”. ¿Correcto?
Luego ves a otros que están haciéndolo mejor que tú, quizás leen la Biblia mucho más tiempo que tú, oran con más intensidad, cantan en el coro, ayunan, no se pierden una vigilia, evangelizan, se congregan cuatro veces por semana.
Como ellos están haciendo su parte, tu comienzas a “correr” en la trotadora religiosa.
También, te das cuenta que otros dan mucho más dinero que tú, y que algunos padres con 3 y 4 hijos hacen ver que la crianza de los hijos tan fácil que tú te preguntas si eres digno(a) de ser papá o mamá. Así que ahora, estas a “galope”, desesperadamente haciendo “tu parte”, para que Dios haga la de Él.
De repente, te sobrecoge una frustración silenciosa. Escuchas las acusaciones del “acusador”, “tú eres un cristiano débil, ni siquiera puedes hacer tu parte”, “no puedes correr la carrera fielmente”, “Dios nunca te podrá usar, porque eres muy inconstante”.
Por esta razón muchos están frustrados, cansados, agotados e inseguros. ¿Fue eso lo que Jesús hablo cuando dijo,
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:28-30
¿De qué se trata la vida en Cristo?
Primero consideremos de lo que no se trata.
1. No se trata de “ayudar a Dios a cumplir su voluntad”. Él es más que suficiente y poderoso para hacer lo que tiene que hacer sin tu ayuda.
2. Tampoco tiene que ver un programa de “superación espiritual” como si Dios fuera tu “coach”.
3. No se trata tampoco con tratar a Dios como si fuera un medio de inversión, “yo hago esto para Dios y el hará esto para mí”.
Contrario a la opinión popular, incluyendo la de muchos cristianos, “Dios no ayuda a los que se ayudan”. El ayuda a los que no se pueden ayudar a sí mismo y dependen de Él. Ayuda a los que descansan en él cómo su fuente de fortaleza y ayuda.
La vida en Cristo tiene que ver con recibir la salvación y con ella la misma vida de Cristo, para luego permitir que el Cristo que te habita se manifieste a través de ti, todos los días por el resto de tu vida en el planeta.
Romanos 15:18-19
Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras.
Aquí sí que va un ¿Quién lo hizo? Cristo y a su nombre gloria. ¿Cuál es tu parte? Tu única parte es creer. Confiar que Cristo lo está haciendo y que lo hará. En esto puedes descansar porque él es fiel para hacerlo.
1 Tesalonicenses 5:24
Fiel es él que os llama, el cual también lo hará.
Hoy, puedes dejar de creer la mentira que “tienes que hacer tu parte” o “dar lo mejor de ti”. Bájate de la trotadora religiosa y abraza lo que ya Cristo ha hecho por ti, en ti, y a través de ti.
En Cristo puedes entrar, sentarte, reposar y disfrutar la obra perfecta que él ha hecho en ti. En él harás mucho más, mucho mejor, con más pasión porque será el causando en ti el querer como el hacer.
Filipenses 2:13
Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
1 Corintios 15:10
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
Tu parte es ser un canal de la presencia gobernante de Cristo (El Reino) para que se manifieste a través de ti. ¿Cómo se hace? Descansando en Cristo y su obra perfecta.
Y a su nombre, gloria.
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