NOTICIACRISTIANA.COM – Tanto en tiempos de Jesús como en los de Moisés, muchos tuvieron velo, que le impidió tener la revelación de Cristo. Lo mismo ocurre en nuestros días, la mayoría de las personas endurecen su corazón y rechazan la Palabra de Dios. Esta acción no es sorprendente porque el apóstol Pablo escribió al respecto en 2 Corintios 4:3.
El apóstol Lucas Márquez, analiza el capítulo 34 de Éxodo, donde se describe que Moisés para hablar con Dios, se quitaba el velo y para hacerlo con el pueblo de Israel se colocaba el velo. En este sentido, apunta que cuando Moisés descendió del monte, con la tabla de la ley, su rostro era luminoso y la gente no le podía mirar, porque la gloria de Dios estaba en su rostro, por lo tanto debía cubrirlo, para hablar con el pueblo.
Márquez, expresa que el tema de la gloria y el velo, es tratado por Pablo en 2 Corintios 3, donde se plantea que el velo debe entenderse como la dureza del corazón del hombre.
Corazón Preparado
“Quitarse el velo es símbolo de un corazón preparado para recibir la revelación de Dios. Hay personas que dicen vivir en el Nuevo Pacto, pero en espíritu viven en el Antiguo Pacto. La revelación de Cristo sólo es dada a quien tiene un corazón abierto, atento, hambriento y disponible para Dios, un corazón adecuado para la revelación”, destaca Márquez.
Agrega que vivir en el Antiguo Pacto, es tener un velo y no ver lo que Dios nos está revelando. Es decir, aunque estén en el Nuevo Pacto, experimentalmente viven en el Antiguo Pacto, porque no les llega la revelación por causa del velo que es un corazón duro, indiferente que no tiene hambre de Dios.
“Hoy en día en las iglesias locales, vemos gente que por años están calentando una banca, porque no hay interés por la Palabra. En estos casos, es un tema del corazón, que tiene elementos del alma (intelecto, voluntad y emociones) y facultad del espíritu, que es la conciencia. Eso es el corazón para la Biblia, cuando el corazón se vuelve a Dios, Pablo dice que el velo es quitado, y el corazón recibe la Palabra de Dios”, acotó Márquez.
Por otro lado, el estudioso afirma que hoy en día, hay problemas serios con esos velos que cubren el corazón del hombre. Entonces, asegura que los judíos tenían el velo del judaísmo porque no recibieron a Cristo, porque ese judío de 33 años, de barba, vistiendo sandalia e hijo de María, era velo para ellos.
Diferentes velos
“La religión judía, la tradición religiosa, la carne, todo eso es velo hoy en día. El cuerpo de Cristo fue velo que impidió que mucha gente le recibiera. Pero, la cruz rompió ese velo que era Cristo, para que el grano de trigo exhibiera la vida que estaba oculta”, destaca Márquez.
“A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” .
Juan 1:11-12
“Hoy en día vemos a Cristo sin velo, recordemos que Pablo asegura que no conoció a Cristo según la carne, sino en espíritu. Pablo explica que la gloria de Dios en Moisés, se terminó porque era una gloria externa. Pero, nosotros tenemos una gloria interna, la de Cristo, transformado de gloria en gloria. Es decir, esta gloria no es del rostro, es interna, no se acaba y es permanente”, precisa Márquez. Leer 2 Corintios 4:17.
De acuerdo a la enseñanza apostólica en el Nuevo Pacto, no tenemos velos porque tenemos hambre de Dios, experimentamos la presencia de Dios sin velo, para ser transformado de gloria en gloria, a la misma imagen del Señor.
“Todavía experimentalmente, hay gente que vive en el Antiguo Pacto, porque tienen un velo. La presencia y ausencia del velo define el Antiguo Pacto del Nuevo Pacto. Hay gente que no les interesa la revelación de Cristo, solo sirven a sus intereses”, destaca Márquez.