NOTICIACRISTIANA.COM – El Reino de Dios representa la soberanía y el gobierno divino sobre todas las cosas. Pero, extender verdaderamente el Reino de Dios va más allá de una noción teológica, implica una transformación espiritual.
El apóstol Rafael Ugarte Talavera, en el programa “Agua Viva para las Naciones”, ofrece importantes reflexiones acerca del Reino de Dios y su manifestación en la vida de los creyentes.
Agrega que los hijos de Dios no buscan el Reino de Dios, pues han sido trasladados a él y el reino se instaló en su espíritu recreado. Enfatizó que el reino, con Cristo como cabeza, no es externo ni se basa en reglas y tradiciones religiosas.
Ugarte subrayó que Dios no necesita espías ni control externo para que sus hijos vivan correctamente, ya que provee una tecnología celestial a través de la nueva naturaleza en Cristo. Esta tecnología, la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús, reside en el espíritu del creyente, quien obedece internamente a esta ley.
Motivación para vivir en el reino
En cuanto a la motivación para vivir en el reino, mencionó el amor a Dios, la gratitud, el propósito divino, la obediencia, el entendimiento y el deseo de vivir bien. Destacó que vivir en el reino no es buscarlo, sino manifestarlo y expresarlo a través de una vida gobernada por Dios.
Ugarte Talavera, desmitifica la noción de adoración como un acto meramente musical o litúrgico, enfocándose en su verdadero significado como una expresión de entrega total a Dios.
En consecuencia, indica que la adoración va más allá de los cánticos y rituales, involucrando un sacrificio del alma y una obediencia radical a la voluntad divina.
En este sentido, la adoración se convierte en un estilo de vida arraigado en el reconocimiento de la soberanía de Dios y el deseo de reflejar su gobierno en cada aspecto de nuestras vidas.
Esta adoración está estrechamente relacionada con el gobierno de Dios y la extensión del reino en la tierra.
El apóstol Ugarte Talavera resaltó la responsabilidad de los creyentes en extender el reino como ministros de Cristo, dependientes de él y comprometidos con su voluntad.
Abandonar las prácticas manipuladoras
Por otro lado, desafía a los creyentes a abandonar las prácticas religiosas basadas en el control y la manipulación, y a abrazar una nueva manera de vivir en el Reino de Dios.
Él confronta la tendencia de buscar la bendición de Dios en términos materiales y externos, resaltando que la verdadera bendición reside en la relación personal con Cristo y en la participación activa en la extensión de su Reino en la tierra.
Su llamado es a una vida de dependencia total de Dios y compromiso con su voluntad, liberándose de las cadenas del legalismo y abrazando la libertad y la plenitud que se encuentran solo en Cristo.
Finalmente, enfatizó que el Reino de Dios es inconmovible y eterno, y que los creyentes deben ser participantes activos en su expansión, renunciando a todo lo que no sea conforme a su voluntad y operando en línea con los principios del reino.
Leer Hebreos 12:28 y Romanos 8:2
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