NOTICIACRISTIANA.COM- La temporada de fiestas, suele ser un tiempo lleno de ajetreo y actividades. Ya sea visitando familiares y amigos, comprando regalos, o simplemente celebrando, nos vemos atrapados en un torbellino de tareas.
Las compras, los viajes y las preparaciones nos absorben tanto que, a menudo, no logramos hacer una pausa para conectarnos con lo más importante: pasar tiempo de calidad con Dios. La Navidad, que es una época para recordar el nacimiento de Cristo, se convierte en una celebración del consumismo, un fenómeno que puede alejarnos de lo esencial.
En esta temporada, el consumismo se ve reflejado en el incremento de las compras, los viajes y la búsqueda de la perfección en los detalles navideños. Nos encontramos más enfocados en las actividades materiales que en las espirituales.
Este enfoque puede desviarnos de lo que realmente importa: nuestra relación con Dios. La sobrecarga de compromisos y la constante ocupación nos hacen perder de vista lo que realmente necesitamos: la paz y la conexión con nuestro Creador.
El Peligro del Materialismo en las Fiestas
Vivimos en una cultura que se ha vuelto profundamente consumista, donde la importancia de las cosas materiales tiende a eclipsar la trascendencia de lo espiritual. El exceso de compras y el deseo de cumplir con expectativas sociales pueden llegar a convertirse en ídolos que nos alejan del Señor.
Este materialismo, además de crear una falsa sensación de satisfacción, puede provocar que nos volvamos complacientes y nos distraigamos de lo que verdaderamente tiene valor en nuestras vidas. Nos tornamos inquietos y desorientados porque nuestra raíz espiritual se debilita.
Ante este peligro, la pregunta es: ¿cómo podemos escuchar a Dios durante una temporada tan ruidosa y distraída? A continuación, propongo algunos principios para buscar la voz de Dios en medio del bullicio navideño.
Escuchar a Dios a través de Su Palabra
La primera forma de acercarnos a Dios en esta temporada es a través de Su Palabra. Si queremos saber cómo nos habla, debemos leer las Escrituras. La Biblia es el medio principal por el cual Dios nos comunica Su voluntad.
Aunque solemos estar ocupados y distraídos, es esencial apartar tiempo para leer la Palabra y orar. Planificar un horario fijo, ya sea por la mañana temprano o al final del día, puede ayudarnos a incorporar este tiempo sagrado en nuestras vidas.
Durante la Navidad, leer la historia del nacimiento de Jesús es una forma poderosa de conectar con el mensaje de esperanza y amor que Él trajo al mundo. Muchas iglesias celebran el Adviento, un tiempo de reflexión que prepara nuestros corazones para la Navidad.
Al hacerlo, recordamos que el nacimiento de Cristo no solo es un evento histórico, sino una anticipación de Su regreso. Reflexionar sobre la obra de Cristo en nuestra vida nos acerca más a Él y nos ayuda a mantener el foco en lo eterno, no en lo pasajero.
Escuchar a Dios a través de Sus Obras
Otra manera de escuchar a Dios es a través de Sus obras, es decir, lo que Él ha hecho en nuestras vidas a lo largo del año. Aunque las dificultades puedan nublar nuestra visión, nunca debemos olvidar que Dios ha estado trabajando en nosotros.
A veces, puede parecer que estamos solos, pero la realidad es que Dios nunca nos abandona. Él ha obrado en nuestras vidas para nuestro bien y Su gloria. Recordar Sus obras nos fortalece en la fe y nos ayuda a ver más allá de las preocupaciones inmediatas de la temporada.
Detenerse y Orar
El estrés de las festividades puede ser abrumador. Sin embargo, en lugar de dejarnos consumir por la ansiedad, debemos entregar nuestras preocupaciones a Dios. La oración es un canal poderoso a través del cual podemos liberar nuestras tensiones y recibir paz.
Al orar, recordamos que no estamos solos; Dios camina con nosotros en cada paso. Nos alienta a descansar en Él, confiando que Él cuida de nosotros en todo momento. Esta es una manera de fortalecer nuestra relación con Él, aún cuando las festividades nos exijan tanto.
Compartir el Amor con Otros
Finalmente, no debemos olvidar compartir lo que hemos recibido con los demás. La Navidad no es solo un tiempo de recibir, sino también de dar. Si tienes una familia, considera celebrar un culto familiar durante las fiestas.
Después de abrir los regalos, tómate un momento para leer las Escrituras, compartir la razón por la cual celebramos la Navidad y orar juntos. Este acto no solo fortalecerá tu fe, sino que también edificará espiritualmente a los que te rodean, creando un ambiente de unidad y amor en el hogar.
Conclusión
Dios siempre está dispuesto a hablar con nosotros. La verdadera cuestión es si estamos dispuestos a escucharle en medio del caos de las festividades. Si deseamos escuchar Su voz, debemos apartar tiempo para meditar en Su Palabra, recordar Sus obras, orar con sinceridad y compartir Su amor con los demás.
La Navidad es una época para renovar nuestra relación con Él, recordando que Cristo vino a este mundo para ofrecernos vida y esperanza. Que esta temporada navideña sea una oportunidad para detenernos, reflexionar y escuchar a Dios, en medio de la ajetreada vida que nos rodea.
Artículo por: Crosswalk.com.
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