Tanta polvareda como los remolinos del bíblico desierto del Sinaí, ha levantado en todo el mundo el reciente documental del cineasta James Cameron sobre el supuesto descubrimiento del sepulcro de Jesús. En Chile, la bandera de lucha la tomaron ayer los evangélicos de la Octava Región, quienes anunciaron que harán todo lo posible para evitar que la señal del cable Discovery Channel emita «La tumba perdida de Cristo», el próximo 18 de marzo a las 20 horas, en lo que será su estreno para toda Latinoamérica.
El motivo de tanto enojo radica en las conclusiones del polémico documental. En sus 90 minutos de duración, el director de «Titanic» y la saga de «Terminator» intenta convencer que Jesús no resucitó, sino que sus huesos fueron encontrados en un suburbio de Jerusalén en 1980, junto a otros restos de su familia, la que habría formado junto a María Magdalena y un hijo de ambos llamado Judas.
Desdeñando totalmente todas las pruebas arqueológicas y de especialistas en genética que asegura tener el cineasta, los evangélicos no quieren saber nada de la hipótesis. «Este documental provoca un daño a la moral y a la honra cristiana, ya que contradice claramente lo que dice la escritura sobre la resurrección. Hay una ofensa a la familia y con ello se daña a la sociedad», explicó el obispo Alberto Quezada, presidente de la Unidad Evangélica del Biobío.
Por ello, no se quedarán de brazos cruzados y ya anunciaron acciones legales. El próximo martes presentarán un recurso de protección en la Corte de Apelaciones de Santiago, para frenar el estreno del documental en nuestro país. También interpondrán una demanda civil contra la señal televisiva y el director de la «blasfemia».
El obispo detalló que el peligro de permitir la exhibición es su posible influencia. «Es un daño a la fe, porque hay mucha gente vulnerable que puede creer que es la verdad esta falsa información», recalcó el líder evangélico. Recordó, además, que sus argumentos son parecidos a los reclamos católicos que lograron impedir judicialmente la proyección de «La Ultima Tentación de Cristo», en 1989.
Según Quezada, esta censura es respaldada por todas las comunidades evangélicas, y está en conversaciones para que el obispo Emilinao Soto y las iglesias de Santiago para que se unan al recurso legal.
Mas aguerrido en sus observaciones, es el pastor Carlos Adams, líder del grupo «Los Valientes de David». En su opinión, toda la culpa la tiene James Cameron. «Lo único que busca es enriquecerse, y está dejando como mentirosa a la Biblia cuando dice que no hay resurrección ni vida eterna. Ese hombre es un Judas, trata de obtener ganancias sin importarle las consecuencias. Por eso, lo declaramos persona no grata.»
– ¿Algo así como una guerra santa contra él?
– No vamos a hacer como los musulmanes que piden muerte de quienes los ofenden, pero está rota cualquier relación amistosa del señor Cameron con el mundo cristiano.
No hay muchas esperanzas
Un precedente de que es posible detener la emisión de un programa se dio en 2003 en Chile, cuando la Corte de Apelaciones de Santiago acogió una orden de no innovar y prohibió a TVN transmitir el capitulo donde se recreaba el asesinato de un conocido abogado. El argumento de su viuda era que el espacio atentaba contra la honra de su familia. Sin embargo, seis semanas después los tribunales rechazaron el fondo del recurso de protección y el capítulo se emitió igual.
Respecto a la demanda civil, la otra acción de los evangélicos contra el documental, el requisito es que tiene que justificar un perjuicio económico para el afectado, y su resolución en los tribunales demora, en promedio, de tres a cuatro años.