Para el obispo emérito de Washington, Theodore McCarrick, entre las principales misiones del papa Francisco está frenar el crecimiento evangélico en América Latina. Según un informe del Pew Research Center, los porcentajes varían entre alrededor de un 15% de protestantes en Argentina hasta el 40% en América Central, pasando por más del 25% de Brasil, y la mayoría de estos protestantes son evangélicos. La novedad de hoy es el pasaje –con éxito desigual– de los templos a la política, sobre todo en posiciones conservadoras y de derecha.
Políticos aprovechan influencia
Andrés Manuel López Obrador, candidato a la presidencia de México, no es ajeno a este fenómeno. Para que su tercera postulación sea la vencida este 1.° de julio, López Obrador no dudó en aliarse al evangélico Partido Encuentro Social (PES), lo que generó polémica entre sus seguidores de izquierda. Incluso habló de redactar una “constitución moral” que complemente la Constitución política. “Usted para nosotros es Caleb a punto de conquistar el monte Hebrón”, lo aduló un dirigente del PES en clave bíblica.
En Costa Rica. Tras un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos a favor del matrimonio igualitario, el periodista y cantante de música cristiana Fabricio Alvarado logró pasar a la cabeza en la primera vuelta como candidato del partido evangélico Restauración Nacional. Y aunque fue derrotado en la segunda, mostró capacidad para aglutinar un fuerte voto conservador (obtuvo el 40 % de los votos) contra la ‘ideología de género’.
En Venezuela, el fallecido Hugo Chávez estableció estrechos vínculos con los evangélicos, ayudado por sus invocaciones a Cristo en sus discursos. Nicolás Maduro, antes de su reelección, apareció en un acto rodeado de pastores que le dieron sus bendiciones. No obstante, una parte del voto evangélico fue para el pastor Javier Bertucci, quien anunció “días de gloria para Venezuela” y según el escrutinio oficial, desconocido por gran parte de la oposición, obtuvo casi un millón de votos.
En Colombia los evangélicos contribuyeron visiblemente a la victoria del No a los acuerdos de paz en el plebiscito sobre la paz en el 2016. “Jesucristo es el único que puede traer la paz que tanto anhelamos”, decía el mensaje del jugador de fútbol Daniel Torres, que rechazaba los acuerdos firmados entre el presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). La mención a los derechos LGBT en las negociaciones de paz puso en alerta y movilización a las iglesias y los pastores.
Pese a que hay evangélicos en todos los partidos –incluyendo los de izquierda, como el Movimiento al Socialismo en Bolivia o el Partido de los Trabajadores de Brasil–, los candidatos y partidos propiamente evangélicos forman parte de una avanzada conservadora contra los nuevos vientos que soplan en una región que debate el matrimonio gay, el aborto o nuevas leyes de género.
La periodista francomarroquí Lamia Oualalou, residente en Río de Janeiro y colaboradora del sitio brasileño ‘Opera Mundi’, recuerda que la Iglesia Universal posee dos editoriales, una agencia de turismo y una compañía de seguros, y distribuye gratis en la calle la ‘Folha Universal’, un semanario con un tiraje de 1’800.000 ejemplares –contra unos 300.000 del prestigioso ‘Folha de São Paulo’–. Posee también la cadena RecordTV, el segundo canal de televisión del país, y alquila espacios en decenas de otros canales. Marcelo Crivella, pastor de esa iglesia, es el actual alcalde de Río de Janeiro.
Los evangélicos se organizan para estar presentes en muchas comisiones claves, como las de familia, derechos humanos o telecomunicaciones. “Pero no se puede hablar de un voto unido, no hay una lógica, un programa evangélico. Es más una capacidad de organizarse y hacer mucho ruido”, concluye Oualalou, autora del reciente libro ‘Jésus t’aime. La déferlante évangélique’ (Jesús te ama. La ola evangélica). Ahora, el candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro, que supera el 15% en las encuestas y es conocido por sus comentarios racistas, misóginos y homófobos, busca en los evangélicos potenciales electores participando en diversos eventos religiosos.
Fuente: El Tiempo
Foto: Luis Acosta / AFP: Cientos de evangélicos reunidos en la plaza de Bolívar de Bogotá, en un rezo colectivo. Su poder de convocatoria es envidiado y codiciado por muchos políticos.