NOTICIACRISTIANA.COM.- En 2014, Xia Baolong , jefe del Partido Comunista en Zhejiang, una provincia costera, supervisó una campaña para retirar más de 1.500 cruces de los lugares de culto de la provincia. Además, de confiscar biblias, arrestó a pastores.
Aliado desde hace mucho tiempo del presidente Xi Jinping, el jefe del partido comunista fue ascendido primero a un excelente trabajo en Beijing y luego en febrero a un nuevo cargo como jefe de la oficina de supervisión de asuntos de Hong Kong y Macao.
A pesar de la implacable represión, los cristianos de China continúan creciendo. El gobierno estima que alrededor de 200 millones de los 1.400 millones de habitantes de China son religiosos.
Entre todos, el cristianismo protestante es la fe de más rápido crecimiento , con al menos 38 millones de seguidores en la actualidad (alrededor del 3% de la población), frente a los 22 millones de hace una década, según el recuento del gobierno.
El número real es probablemente mucho mayor: tal vez hasta 22 millones de protestantes chinos adoran en iglesias «subterráneas» no registradas, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Notre Dame.
Hay más cristianos en China hoy que en Francia (38 millones) o Alemania (43 millones). Combinados, los cristianos y los 23 millones de musulmanes estimados en el país, ahora pueden superar el número de miembros del Partido Comunista (92 millones).
De hecho, un número desconocido de miembros del partido asiste a la iglesia, así como a las reuniones de los comités locales, según un informe de The Economist.
Control de Xi Jinping
A medida que los fieles de la nación se vuelven más numerosos, se enfrentan a una supervisión cada vez más estricta del estado.
La constitución de China garantiza nominalmente la libertad de creencias religiosas. Pero desde que Xi llegó al poder en 2012, el gobierno ha aumentado el control sobre los grupos religiosos en un esfuerzo por eliminar posibles fuentes de disidencia o secesión.
Se promovieron las versiones aprobadas por el gobierno de las religiones tradicionales y se suprimieron las consideradas extranjeras y amenazadoras.
Para cientos de miles de musulmanes uigures en la provincia occidental de Xinjiang, esto significó detención, “reeducación” y secularización forzada.
Los predicadores enfrentan una severa vigilancia. Mientras que el clero en las iglesias aprobadas por el estado recibe instrucciones de dar conferencias sobre temas favorecidos por el partido, como mezclar el cristianismo con la cultura secular china.
Los pastores clandestinos a menudo tocan temas tabú, como la existencia de demonios y milagros, o algo peor, la importancia del proselitismo para amigos y compañeros de trabajo.
Las investigaciones sugieren que el gobierno puede necesitar continuar tolerando algunos de estos últimos en las iglesias oficiales o arriesgarse a perder a sus fieles en otros lugares.
En 2017 y 2018, Harris Doshay, estudiante de doctorado en la Universidad de Princeton, vio y analizó los sermones pronunciados por ministros del Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías, la iglesia protestante controlada por el estado.
Encontró que los fieles mostraban su preferencia por los temas “votar con los párpados”: si la oración se mantenía dentro de las líneas del partido, muchos, de manera consistente y a veces muy demostrativa, decidían adormecerse.
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