
Prohíben a los musulmanes comer tomates porque ¿son cristianos?
•»El consumo de tomates está prohibido porque son cristianos. El tomate elogia la cruz en lugar de Dios y dice que Dios es tres», Asociación Islámica Popular.
•»El consumo de tomates está prohibido porque son cristianos. El tomate elogia la cruz en lugar de Dios y dice que Dios es tres», Asociación Islámica Popular.
•Los japoneses realmente creen en esa leyenda y la celebran cada año, en el mes de junio, “El Espíritu del Hijo de Dios” en la fiesta conocida como Festival de Shingo.
•Sanal Edamakuru, examinó el crucifijo y se dio cuenta de que era debido a que la plomería está rota y que por lo tanto, los que beben el agua se pueden poner en riesgo de salud, pero por esta afirmación podría ser encarcelado tres años.
•»Palestas de Jesús», fueron hechas con «vino sagrado transformado en paletas como si fuera la sangre congelada de Cristo».
•295 curanderos tradicionales fueron identificados sólo en Paraná. Reboucas y las ciudades de San Juan del Triunfo en el centro-sur del estado, fueron los primeros en crear estatutos para el reconocimiento de la actividad de los curanderos tradicionales.
Haghighat-e-Sabz-e-Gilan (La verdad verde de Gilan) planea llevar a cabo una serie de conferencias en Rasht titulada: “El Viaje, del cristianismo al islam”. También una radio llamada “Voz de Cristo”, la cual engaña a cristianos para convertirlos al islamismo.
“Nos resistimos a festejar Halloween ya que es un ritual traído del extranjero y una fiesta pagana con raíces ocultistas”, añadió López por eso proponen una actividad totalmente diferente, “que busque exaltar la vida, la alegría y la luz que el Creador del mundo desea para todos los niños”.
La iniciativa llamada “Art4God” busca atraer jóvenes a la religión católica. La campaña se basa en que «todos somos evangelistas de algo» y él eligió serlo «del hombre que vivió hace 2.000 años» y sigue siendo su «héroe».
El obispo, Renato Ascencio León dio a conocer que las reliquias que son la sangre del beato Juan Pablo II, y algunos otros artículos personales, llegarán el 17 de noviembre a México, estarán en la Catedral, en donde permanecerán para su adoración.
Una de las cosas que más llamó la atención de los visitantes estadounidenses fue un libro bastante ajado: se trata de la Biblia que pertenece a José Henríquez y que los trabajadores leyeron repetidamente durante su profundo encierro.
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