La imagen más antigua de Jesucristo reconocida hasta el momento a partir del año 235 fue encontrada en Siria en 2011. En ella Jesús aparece sin barba y caminando sobre el agua.
Ahora, una imagen de Jesús que se encuentra en una placa de una iglesia muestra al Salvador cómo era visto en el siglo IV. Sin barba, con el pelo corto, rizado y vestido con una toga, se parece más a las clásicas imágenes de los filósofos griegos. Él está acompañado por dos apóstoles, deben ser Pedro y Pablo. Los tres hombres tienen aureolas sobre sus cabezas.
La escena es impresionante porque Jesús se ve muy diferente a sus representaciones posteriores. Los arqueólogos que trabajan en el proyecto FORVM MMX, encontraron la pieza en la excavación de un edificio religioso en la antigua ciudad de Cástulo, en Andalucía, región sur de España.
La placa mide 22 centímetros de diámetro y sus fragmentos encontrados volvieron a unirse para revelar el diseño original. Las piezas estaban en excelentes condiciones y el 81% de la placa original pudo reconstituirse. Se cree que el objeto se utilizó para almacenar el pan de la cena cristiana.
Lo que llamó la atención de los investigadores es que esto es muy diferente a las representaciones tradicionales, que muestran a un Jesús con barba y pelo largo y castaño.
Marcelo Castro, jefe del proyecto de excavación, explicó que el edificio fue construido en la segunda mitad del siglo IV y abandonado casi un siglo más tarde. «La escena tiene lugar en la esfera celeste, enmarcada entre dos palmeras que en la iconografía cristiana representa la inmortalidad, la vida después de la muerte y el cielo», dice.
Su descubrimiento es parte del proyecto FORVM MMX, que busca una «revisión de la cronología de los orígenes del cristianismo en España».