TURQUÍA. – Ocurrió la semana pasada en Estambul, capital de Turquía, la reunión de más de 30 líderes de las naciones islámicas y representantes de otros 56 países. Este tipo de encuentro tiene como objetivo «cerrar la brecha» y «unir la fe» de los musulmanes.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, abrió el encuentro de la Organización de Cooperación Islámica (OCI), con un discurso sobre la necesidad de proximidad de los que profesan la fe en el Corán. Cabe destacar la presencia de rey saudí Salman bin Abdulaziz Al Saud y el presidente de Irán, Hassan Rouhani, que están en lados opuestos en las guerras de Siria y Yemen.
No es coincidencia que el evento fue en Estambul, la antigua capital del Imperio Otomano. Por más de 500 años fue allí donde los sultanes Otomanos dirigieron a los musulmanes de todo el mundo.
Mevlut Cavusoglu, Ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, dijo que la cumbre fue organizada en un momento en que «el mundo islámico está pasando por muchas disputas internas». Para él, este sectarismo de suníes y chiíes es «dividir la ummah», término árabe para la comunidad musulmana mundial. «Esperamos abrir el camino a la curación de algunas heridas», agregó.
Una de las propuestas del primer ministro turco era que la OCI de inicio a una especie de «policía musulmana internacional» con el fin de luchar contra la islamofobia. Para él, esto debe ser considerado un crimen contra la humanidad.
Contra los cristianos e Israel
Mientras Erdogan da pasos largos para que Turquía vuelva a albergar un imperio islámico global, él está confiscando antiguos templos cristianos para convertirlos en mezquitas. Seis iglesias (3 católicas, 2 ortodoxas y una evangélica) fueron las primeras en adaptarse a la nueva legislación del país y para luego pasar a las manos del gobierno.
La justificación oficial es que los antiguos locales de culto cristiano, algunos más antiguos que el islam, serán parte de la reconstrucción del centro histórico de la ciudad más grande de la región, Diyarbakir. La Iglesia Ortodoxa de la Virgen María, por ejemplo, tiene 1.700 años de antigüedad.
El líder del partido MHP, Devlet Bahçeli públicamente dijo que las iglesias deben ser demolidas, y si alguien trata de evitar, hay que matarlos. La amenaza es que los kurdos, minoría étnica (20%) es perseguida por el gobierno turco. Oficialmente, el 99% de los turcos siguen el islam, pero entre los kurdos hay muchos cristianos.
Hace aproximadamente un año, el líder turco se comprometió a invadir Israel y retomar su capital para los musulmanes. «Jerusalén es para los musulmanes y no para Israel», destacó Erdogan.
«¿Por qué deberíamos continuar siendo amigos de los que pisaron con sus botas el Monte del Templo? ¿Ellos insisten en que seamos amigos? Yo digo, no lo seremos», agregó.
Los estudiantes de la profecía comúnmente apuntan a Turquía como el centro de unión de las naciones que se unirán para combatir a Israel en la guerra de Gog y Magog, profetizado en el libro de Ezequiel.