Científicos aseguran que el sudario de Turín demuestra que Jesús fue crucificado en una posición “muy dolorosa”, con los brazos por encima de la cabeza.
El forense italiano Matteo Borrini, de la Universidad John Moores de Liverpool (LJMU), presentó en febrero los resultados de un estudio sobre las implicaciones de los supuestos regueros de sangre de las manos del hombre de la sábana santa.
Él concluyó que encajaban sólo con una crucifixión en forma de Y, con los brazos sobre la cabeza, y no con la tradicional en forma de T, y así lo anunció en el 65º encuentro anual de la Academia Estadounidense de Ciencias Forenses (AAFS), celebrado en Seattle.
“Habría sido una posición muy dolorosa que habría provocado dificultades para respirar”, dijo Borrini, la revista New Scientist.
Sin embargo, Christian Post, afirma que “la autenticidad del sudario de Turín ha estado en disputa desde hace mucho tiempo” y aunque Borrini cree que la pieza es un fraude, también apunta que la hizo un experto porque los regueros de sangre se corresponden con los de una crucifixión real; y recuerda que científicos italianos propusieron recientemente que la imagen fue creada por emisiones de neutrones consecuencia de un terremoto registrado en el año 33, fenómeno al que también achacaban el rejuvenecimiento de la tela al datarla mediante el radiocarbono.
Por otro lado el forense colaborador del Comité Italiano para el Control de las Afirmaciones de lo Paranormal (CICAP) no cree que el llamado sudario de Turín envolviera el cuerpo de Jesús ni se imprimiera de forma milagrosa.
“Es un fraude, pero una muy interesante obra de arte y del ingenio humano”, dice en New Scientist. Como curiosidad, se propuso averiguar si los pretendidos regueros de sangre de las muñecas encajaban con los de un crucificado. En sus experimentos, contó con la colaboración del químico italiano Luigi Garlaschelli, quien publicó en 1991 en Nature una posible receta de la famosa sangre de san Genaro y hace cuatro años replicó la sábana santa.
Garlaschelli, hizo las veces de crucificado, adoptando diferentes posturas con una cánula de la que manaba sangre colocada en el dorso de sus manos. La única posición en la cual el reguero coincidía con lo plasmado en la sábana santa era la de Y, muy parecida también a la que adoptaban las víctimas de torturas medievales, según recuerda Borrini.
¿Cómo hay que interpretar entonces los resultados del estudio de Borrimi? Puede tratarse de una coincidencia, como admite el científico, o de que autor del lienzo optara por una postura diferente a la clásica de la crucifixión, como han hecho otros artistas a lo largo de la Historia.
Fuente: El Correo