MYANMAR. – La mayoría de los cristianos no se dispondría a vivir con toda su familia en algunos de los lugares más peligrosos del planeta. Sin embargo, Dave Eubank decidió usar su larga experiencia como militar para ayudar a los necesitados y esparcir el Evangelio y convertirse en un misionero.
Incluso sabiendo que podría tener una jubilación tranquila, salió de las Fuerzas Especiales del ejército de EEUU. El marine y misionero cuenta que las zonas de guerra pasaron a ser su llamado. Eubank contó un poco de su historia en el programa «Héroes Americanos», de la NRA TV. Descrito como un «Rambo cristiano», él habló sobre las veces que colocó su propia vida en riesgo para auxiliar a personas que ni siquiera conocía.
Director de la ONG humanitaria y misionera «Free Burma Rangers», en los últimos años trabajó en Irak y Siria. Su rescate de una niña en fuego cruzado con los soldados de los Estados islámicos el año pasado le valió el reconocimiento en todo el mundo. El vídeo de él orando para que Dios le diera protección, antes de hacer el intento de rescate fue noticia en varios televisores del mundo.
El ex soldado explica que su motivación es hacer por los demás lo que Jesús hizo por él: liberar al oprimido. Para Eubank, las analogías bíblicas sobre el cristiano de ser un soldado no son por casualidad. «La guerra puede resolver algunos problemas temporales, pero sólo la Biblia puede resolver problemas eternos», explica.
Durante 20 años participó en combates por el ejército estadounidense. Hasta que un día comprendió que debía dejar todo para ser un misionero. Hablando sobre su motivación, cuenta que usa todas las cosas que aprendió como militar y como cristiano pone toda su energía para ofrecer ayuda física, suministrando alimentos y medicinas, pero también salvando almas y trayendo esperanza.
Actualmente, ha vuelto a hacer sus propias «operaciones especiales» en las selvas de Myanmar, donde los cristianos están siendo masacrados por fuerzas del propio gobierno. En varias ocasiones, necesitó usar su arma para defenderse, pero no piensa en desistir de su trabajo. «Cuando usted realmente ama a alguien, el miedo deja de existir», asegura.
Dave y su familia ya han vivido en las últimas décadas en algunas de las zonas más peligrosas del mundo: Sudán, Siria, Irak y Myanmar. «Siempre nos basamos en los principios: ore con fe, actúa con coraje y nunca desista», concluyó.
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