Los ánimos se han encendido por parte de evangélicos, católicos, políticos y grupos de homosexuales cuando se descubrió existen las posibilidades de introducir en los próximos días un anteproyecto de ley en el Parlamento nicaragüense que permita a los homosexuales unirse en matrimonio.
Una vez más otro país de Latinoamérica está en el riesgo que se apruebe esta ley como ha ocurrido en México y Argentina. Los sorprendente es que algunos diputados se pronuncian a favor del anteproyecto, mientras que otros lo rechazan invocando normas morales y cristianas.
Monseñor Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal, comentó que “hay mucho dinero de instituciones que quieren dañar a la familia, de años que se ha venido potenciando. Estos grupos gays se sienten estimulados, porque, en algunos parlamentos les han dado cancha, apoyo, abertura al tema… y a veces no se ha escuchado el sentimiento de la población, sino solo el sentimiento económico y los cañonazos que, desgraciadamente, se dan”, denunció monseñor Brenes.
Emaús, Eduardo Gutiérrez, pastor de una Iglesia evangélica, expresó que “la opción sexual no aparece en el diccionario del Señor. Este accionar lésbico-homosexual es copa de demonios”. Sin embargo el Movimiento Feminista nicaragüense empleó hace una semana una campaña que promueve las relaciones homosexuales, “con el fin de crear una sociedad inclusiva, respetuosa y justa”, justifica Mirna Blandon, dirigente del movimiento gay.
Mauricio Fonseca, presidente de la Alianza Evangélica Nicaragüense (AENIC), contradijo esta campaña catalogándola como una posible apertura a una ley que apruebe el “matrimonio homosexual”. “Estamos viendo muchas mantas con fondo negro y con un mensaje subliminal de que Juan está locamente enamorado de Daniel, que el otro está enamorado no sé de quién”, desaprobó el líder evangélico.
Blandón se sorprendió que algunos diputados reaccionaran enérgicamente. “No pensamos que tendría reacciones tan virulentas”, agregó refiriéndose que algunos diputados invocaron la Biblia para mostrar su desacuerdo con las relaciones de ese tipo. “Se rigen por sus creencias y no por la razón desde sus funciones”, criticó la dirigente feminista catalogando a los diputados de ignorantes.
Segunda secretaria de la Asamblea Nacional por la bancada sandinista, Alba Palacios Benavides, declaró que no votaría por esa ley, fundamentando que la sociedad nicaragüense no está preparada para una legislación de ese tipo y la rechazaría por su tradición religiosa. Igualmente Maximino Rodríguez, diputado liberal apoyó el argumento de Benavides, alegando que no prosperaría esa ley como anteproyecto, al considerar la fe y la moralidad de los legisladores.
Ramiro Silva, también diputado liberal, ya la vez cristiano evangélico citó, Levítico 20:13; y Carlos Gadea, también de ese mismo partido, regañó a un periodista por andar promoviendo el anteproyecto de ley, y calificó este tipo de uniones de “contra-natura y anticristiana”.
Las únicas que están de acuerdo con esta ley son las diputadas liberales: Yamilet Bonilla y María Dolores Alemán, quienes aseguraron que votarían a favor que legalicen los “matrimonios gay” en Nicaragua, agregando que algunos diputados tienen “doble moral”.
F: ALC