Papa Francisco critica a los cristianos tibios que viven a su manera

“Esta tibieza del alma, este ser cristianos a medias, ‘cristianos sí, pero…’”, fue la frase que usó el Papa Francisco durante la Misa matutina en la Casa Santa Marta para referirse a los fieles que no aceptan “el estilo divino” y prefieren guiar sus vidas con “caprichos espirituales”, alejados de la voluntad de Dios.

Según Francisco este es un error que cometen tantos cristianos y que también comete el pueblo hebreo cuando es salvado de la esclavitud de Egipto.

Recordó que en el Libro de los Números los hebreos se rebelan contra las fatigas de la fuga en el desierto, la comida “ligera” del maná, y comienzan “a criticar a Dios” y muchos de ellos terminan mordidos y muertos a causa de las serpientes venenosas. Sólo la oración de Moisés que intercede por ellos y levanta un bastón con una serpiente –símbolo de la Cruz sobre la que será clavado Cristo– se convertirá, para quien lo mire, en salvación del veneno.

“También nosotros, cuántos nos encontramos un poco envenenados por este descontento de la vida. Sí, verdaderamente, Dios es bueno, pero los cristianos ‘sí, pero’… Los cristianos ‘sí, pero’… Que no terminan de abrir el corazón a la salvación de Dios, siempre piden condiciones. ‘¡Sí, pero así!’. ‘Sí, sí, sí, yo quiero ser salvado, pero por este camino’… Así el corazón se envenena”, advirtió.

También nosotros, prosiguió Francisco, “tantas veces decimos que nos sentimos con náuseas por el estilo divino. No aceptar el don de Dios con su estilo: ese es el pecado, ese es el veneno. Eso nos envenena el alma, te quita la alegría, no te deja avanzar”.

El Papa recordó que Jesús resolvió este pecado subiendo al Calvario. “Él mismo toma sobre sí el veneno, el pecado y es elevado. Esta tibieza del alma, este ser cristianos a medias, ‘cristianos sí, pero…’. Este entusiasmo al inicio en el camino del Señor y después volverse descontentos, sólo se cura mirando la Cruz, mirando a Dios que asume nuestros pecados: mi pecado está ahí”, afirmó.

“Cuántos cristianos hoy mueren en el desierto de su tristeza, de su murmuración, de su no querer el estilo de Dios”, cuestionó Francisco.

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