EE.UU.- El encarcelamiento del pastor estadounidense Andrew Craig Brunson, de 50 años, puede ser el epicentro de una crisis diplomática entre Estados Unidos y Turquía. Aliados en la OTAN, las relaciones de los dos países se estremecieron desde que el religioso fue arrestado, hace 18 meses, acusado de vínculos con grupos terroristas.
El jueves (26), el vicepresidente Mike Pence amenazó con sanciones económicas, si el pastor no es liberado. En caso de que el presidente Recep Erdogan no «tome medidas inmediatas para liberarlo, Estados Unidos de América impondrá severas sanciones económicas a Turquía».
La declaración de Pence se produjo al cierre de una conferencia de tres días sobre libertad religiosa en Washington. En varias ocasiones, el gabinete de Trump pidió la liberación de Brunson, contra quien no hay pruebas de implicación con actividades terroristas ni con la red del predicador islámico turco Fetullah Gülen, exiliado en Estados Unidos.
Se llegó a sugerir un «intercambio» de Brunson por Gulen, rechazado por Washington. Ayer se anunció que el ministro iba a arresto domiciliario en Izmir (Esmirna anteriormente), donde dirigió una pequeña iglesia.
Trump sube el tono
Alrededor de una hora después de hablar con Pence, mediante su Twitter, el presidente dejó claro que Estados Unidos va a imponer sanciones «grandes» a Turquía debido al pastor. Según el abogado de Brunson, él podrá regresar a Estados Unidos en unos días.
Trump que dice que Brunson es «un gran cristiano, hombre de familia y maravilloso ser humano. Él está sufriendo mucho. ¡Ese hombre inocente de fe debería ser soltado inmediatamente!».
Hasta el momento, Turquía no se ha manifestado sobre la posibilidad de sanciones ni ha hablado de la posibilidad de que el pastor regrese a Estados Unidos.
[ Fuente: Bloomberg ]