Mujer clínicamente muerta resucita en hospital tras oración

BRASIL. – La oración tiene el poder de hacer cosas imposibles para el ojo humano, incluso la resurrección. Prueba de ello es la historia de la pastora Malvina Barcelar, que volvió a la vida después de que los médicos apagaron los aparatos de reanimación en hospital.

Malvina no nació en un hogar cristiano, sino que se convirtió a los 19 años y dedicó su vida a Jesucristo. Más tarde ella se casó y quedó embarazada de su primera hija, que marcó el inicio de una jornada de milagros.

En una entrevista con el programa de Prueba Viva, transmitido por la Red Super TV, Malvina dijo que había tenido un embarazo de alto riesgo y fue aconsejada por los médicos a que abortara. Sin embargo, ella resistió: «Si tengo que morir, morimos las dos. Pero yo no voy a abortar», dijo en la ocasión.

Su hija, Daniela, nació prematuramente. Pocas horas después, Malvina tuvo una grave crisis de edema pulmonar. Según los médicos, le habían advertido que, si tenía otra crisis más, no sobrevivía.

Un poco más tarde, la familia recibió la inesperada noticia de que Malvina pasó por una crisis de edema pulmonar. Sin esperanza, su hermana llamó para pedir una oración a su pastora, Esmeralda Campelo. «En realidad, ella dijo: Mi hermana está muriendo. Me gustaría que la señora orara por ella», relató.

La pastora Esmeralda estaba en un culto en su iglesia cuando recibió la llamada, pero paró la reunión para orar por Malvina. En aquel instante, la oración de Esmeralda alcanzó lo sobrenatural. «Me sentí cuando mi espíritu salió de mi cuerpo y yo realmente me iba, cuando oí la oración que la pastora Esmeralda hacía. Mi espíritu oyó», dijo Malvina.

«Yo siempre digo que hay poder en la oración, no importa donde estés», destacó. «Mi espíritu iba a encontrarse con mi Salvador y oyó esa oración. Yo oré en espíritu también y dijo: ‘Dios, si el Señor quiere que yo viva, me dé la sanidad’.

En ese instante, los médicos ya habían apagado los aparatos. «Escuche cuando una enfermera gritó: ‘¡Oigan, ella está viva!’ Pensé: ‘¿morir?’ Todos los médicos vinieron a comprobar si estaba viva. «Yo realmente había muerto», recordó.

Los médicos quedaron impresionados con el milagro, pero advirtieron a Malvina que nunca más podría tener una gestación. Ella evitó el embarazo por siete años, incluso deseando otro hijo. Cuando estaba a punto de tomar la decisión de adoptar, oyó a Dios decir: Te voy a dar un hijo. Malvina se embarazó y dio a luz a Rafael, en un embarazo sano y sin complicaciones.

Nueve años después, Malvina enfrentó otro desafío: ella sufrió un derrame isquémico de origen inexplicable. Sin embargo, ella pasó por más esa prueba con la fe fortalecida. «Yo superé todo eso. Los médicos dijeron que me quedaría con secuelas por el resto de la vida, pero hoy hago todo lo que me ha prohibido hacer. Para la gloria de Dios, he recuperado todos mis movimientos. Dios me curó. No hay imposibles para Dios», declaró.

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