La independencia de Sudán del Sur, con una población mayoritariamente animista y cristiana, puede acelerar la islamización de su vecino del norte si el régimen de Jartum culmina la aplicación de la «sharia» o ley islámica, según publica EFE.
A partir del próximo día 9, cuando se proclame la independencia del sur, el norte del país guardará su nombre «Sudán» y se convertirá en un Estado musulmán árabe, lo que puede mermar los derechos de los cristianos que viven en este territorio.
La Constitución provisional elaborada en 2005 al finalizar la guerra civil entre el norte musulmán y el sur cristiano reconoce la pluralidad étnica, cultural y religiosa, pero su aplicación terminará el 9 de julio y está previsto que sea modificada.
Las declaraciones del presidente sudanés, Omar Hasan al Bachir, tras el referéndum sobre la independencia del sur celebrado el pasado enero, no dejan lugar a dudas de que este reconocimiento a la diversidad religiosa no se va a mantener.
«El 99 por ciento del pueblo del norte de Sudán es musulmán, se va a cambiar la Constitución actual y entonces no habrá forma de hablar de una pluralidad cultural y étnica (…) el islam será la religión oficial y el árabe la lengua oficial», subrayó Al Bachir poco después del plebiscito.
El compromiso del mandatario de ampliar la aplicación de la «sharía» en Sudán después de la separación del sur ha preocupado a la minoría cristiana que vive en el norte del país, parte de la cual es de origen sureño.
Un ingeniero cristiano, que prefirió el anonimato, dijo a Efe que antes del referéndum había un equilibrio entre musulmanes y cristianos, pero que después de la separación del sur, éstos últimos se convertirán claramente en minoría.
En opinión de la Iglesia sudanesa, la situación de los cristianos no va a cambiar sustancialmente, ya que han vivido bajo la «sharía» desde que comenzara su aplicación en 1983, durante el mandato del entonces presidente Yafar al Numeri.
«No prevemos que la ‘sharía’ se vaya a aplicar de una manera que dañe a los no musulmanes», dijo a Efe el obispo de la iglesia copta en Jartum, Elía.
Sin embargo, algunos cristianos tienen miedo y se quejan de la discriminación ante la mayoría musulmana, sobretodo por el limitado número de iglesias que se construyen en el país.
Por su parte, al ministro de Waqf (encargado de asuntos musulmanes) sudanés, Azhari al Tagani, le resultan extraños los temores relacionados con la reconciliación religiosa en Sudán después de la independencia del sur.
En recientes declaraciones a la prensa, Al Tagani dijo que no hay ningún motivo para preocuparse por la situación de la iglesia en el norte del país después de la separación del sur.
El ministro insistió en que a lo largo de la historia de Sudán, no se ha practicado ningún tipo de presión a la iglesia y que esto queda patente en la variedad de templos, que no son todos del sur, sino también coptos y otros pertenecientes a las comunidades de zonas del Nilo Azul y Nubia.
Sin embargo prevalece un cierto temor, debido también a que la comisión encargada de proteger los derechos de los no musulmanes en Jartum, que fue creada tras la firma del acuerdo de paz en 2005, será disuelta la próxima semana tras la independencia del sur.