Multitudes de gente en Grecia han estado viendo la mano de Dios en la política después de que una estatua de Jesús supuestamente comenzara a «llorar» cuando un partido anti-austeridad ganó las elecciones de enero.
Las lágrimas aceitosas del icono religioso de principios del siglo 20 han atraído a cientos de personas a la Iglesia de San Nicolás de Asprokampos en Corinthia desde que Alexis Tsipras, líder del partido Syriza, obtuviera el poder.
El obispo de Corinto, Dionisio Mantalos, dice que los visitantes miraron un líquido incoloro e inodoro corriendo bajó todo el cuerpo de Jesús en la cruz.
El obispo planea pedir a expertos que examinen la estatua, que se ha convertido en un fenómeno que ha llegado a las redes sociales, donde está siendo descrito como el «Milagro de Syriza».
Tsipras, es un ateo que se ha comprometido a renegociar la deuda de Grecia con la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo y también para revertir las medidas de austeridad que se han visto en Grecia que se ha hundido en el desempleo masivo, la pobreza masiva y un dramático aumento en los suicidios.
Hubo controversia en su toma de posesión, cuando se negó a la tradición habitual de ser juramentado por el jefe de la Iglesia Ortodoxa Griega, el arzobispo Ieronymos II.
Sin embargo, no todo el mundo se lo está tomando en serio.
El periodista investigativo y griego Yiannis Baboulias dijo a Newsweek: «El icono de llanto es una leyenda urbana que resurge ahora y otra vez en Grecia. Estas son historias que gustan y que ocurren todo el tiempo, y esta es realmente divertida».
Él dijo que tales fenómenos ayudaron a la Iglesia Ortodoxa Griega atraer seguidores. «Lo que realmente sucede es simplemente es que la pintura en el icono está empezando a perderse –derretirse– debido a los cambios ambientales», agregó. También admitió que era la primera vez que un fenómeno se había vinculado con la política.
«La Iglesia griega no es una entidad apolítica, diferentes funcionarios de la iglesia están detrás de diferentes poderes políticos muy abiertamente, es una mezcla de cosas».
La zona en que está la estatua se ha convertido en una piedra angular de apoyo al partido de extrema derecha.