ISRAEL. -Todos los años, miles de cartas se escriben a «Dios», «Jesús», «Nuestro Amado Padre en el Cielo» y son puestas en el correo. Existe también aquellas que son dirigidas al «Muro de las Lamentaciones» y «Monte del Templo». La mayor parte de estas correspondencias no tienen la dirección del remitente, son oraciones, peticiones o simplemente desafíos.
A través de un viejo acuerdo, estas cartas terminan en la oficina de correos perdidos de Israel. Sin embargo, en lugar de ser destruidas por no tener dueño, dos veces al año estas son colocadas entre las piedras del Muro de Lamentaciones. Quien hace esto es el rabino Shmuel Rabinowitz, responsable del local y de lugares sagrados.
Él recibe el material de manos del director de correos de Israel, Danny Goldstein. Además de las personas que viven en Israel, que provienen de países como Rusia, China, Francia, Nigeria, España, Países Bajos, EE.UU., Reino Unido y muchos otros.
En general, la entrega se realiza antes de Rosh Hashaná, el Día de Año Nuevo judío, este año será el 3 de octubre, y en víspera de Navidad. Cada una de las cartas se coloca cuidadosamente entre las piedras del Muro, llamado por los judíos Kotel.
Siguiendo la tradición, las solicitudes se ponen en marcha con la esperanza de que Dios escuche y responda. Esta semana, el jefe de la oficina de correos entregó el primer lote de cartas este año. En los días previos a Rosh Hashaná, son llamados períodos de “slichot” [perdón], cuando judíos de todo el mundo hacen reflexiones serias, oraciones de arrepentimiento y de alabanza.
El Kotel es ahora para la mayoría de las personas el lugar más cercano donde la presencia física de Dios habitó en los tiempos bíblicos, el Santo de los Santos, donde estaba el Arca en el templo de Salomón. Para la oficina de correos, parece natural que las cartas dirigidas a «Dios» terminen siendo entregadas allí.