Una adolescente que fue declarada con muerte cerebral y a la cual se le retiraría un soporte de vida sobrevivió después de un amigo de la familia oró por su sanidad.
Taylor Hale, tiene 18 años, sin embargo, tenía 14 años cuando cayó del capó –cubierta que cubre el motor de un automóvil– de un carro mientras perdía el tiempo con sus amigos. Su cabeza se golpeó contra el pavimento y no respondió por seis días. Fue entonces cuando un amigo de la familia pidió a los padres de Hale que quería ir al hospital para r por su hija.
Jeff Stickel puso su mano en el cuello de Hale y oró por su curación. Para entonces, el cerebro de la adolescente se había hundido en su canal espinal, una lesión que los médicos dijeron que era irreversible.
Los padres de Hale tomaron la decisión de retirarle el soporte de vida tras el consejo de los médicos, pero ella respondió, tratando de respirar por su cuenta, así que Hale fue reconectada al soporte vital por lo que comenzó a recuperar su actividad cerebral durante el día, según informa el USA TODAY.
Después de años de terapia, Hale ahora puede comer, hablar y caminar por su cuenta. Ella lucha con las matemáticas y su ansiedad ante los exámenes después del accidente, pero se graduará esta semana con su clase. Hale planea ir a la universidad para estudiar planificación de eventos.
El padre de Hale, Chuck Hale, atribuye a Dios que le haya devuelto la vida a su hija. «Fue la mano de Dios la que trabajó. Esa es la única cosa que puede explicarlo», dijo.
Hale está acuerdo en que ella está viva hoy porque Dios hizo un milagro en ella. «Dios puede salvar a la gente», dice ella y agrega: «Siempre estoy agradecido a todos los médicos y enfermeras y terapeutas que me ayudaron a conseguir mejor, pero Dios hizo la mayor parte para salvarme».