Hija de misionero resucita tras muerte confirmada por médicos

La mañana del jueves (9), los médicos confirmaron la muerte de la joven Lydia (14 años de edad), hija de Yoonus, un misionero de la organización ‘Biblias para el Oriente Medio’ en África. Ella estuvo en coma durante seis días después de haber sido sometida brutalmente a la mutilación genital femenina, por musulmanes radicales que la secuestraron cuando ella regresaba a su casa tras haber asistido a la escuela.

El misionero Yoonus inmediatamente entró en contacto con el pastor Paul, que es director de la organización líder cristiana de la Asamblea Dios Amoroso.

Una hora después que la muerte de Lydia fue confirmada por los médicos, el personal del hospital retiró el cuerpo de la chica, del cuarto donde estaba siendo tratada. Sus padres, hermanos, hermanas y otros creyentes la rodearon, lamentando la trágica partida de la jovencita.

Cuando los médicos, enfermeras y otros funcionarios del hospital llegaron para dar una última comprobación sobre el cuerpo sin vida de la joven Lydia que estaba cubierta con una sábana, alguien notó el movimiento de la tela.

Entonces, de repente, Lydia se quitó la sábana de su rostro y se levantó de la cama. «Mamá, nuestro Señor Jesucristo, ¡nuestro Dios y Señor Jesucristo!», felizmente, exclamó la joven.

«¡Es un fantasma! ¡Fantasma!», gritó alguien cuando la niña se levantó. Una enfermera y otro personal del hospital cayeron inconsciente en el suelo. Todo el mundo, incluyendo la familia salieron corriendo y asustados.

«Mamá, soy Lydia … No soy un fantasma», dijo la joven tranquilizando a su madre. «¡Estoy viva, Jesús me dio vida de nuevo! ¡y me sanó! Simplemente él está desapareciendo en las nubes», agregó, señalando con el dedo hacia el cielo.

Su madre, muy feliz, la abrazó y le dio un beso, dando gloria a Dios. El resto de la familia se unió como creyentes alrededor de ellos, cantaron y aplaudieron alegres. Algunos incluso danzaron.

A pesar de que el protocolo del hospital prohibió tal comportamiento «alborotado», como la reacción de amigos y familiares, ningún funcionario se atrevió a pronunciar una palabra absoluta contra la familia de Lydia, ella estaba radiante por lo que acababa de suceder.

Después de la celebración de su ‘resurrección’, Lydia le dijo a su familia y amigos acerca de la experiencia que vivió.

«Mi alma dejó mi cuerpo y yo estaba muerta. Ángeles vinieron a recibirme en el cielo. Pero Jesús se apareció ante mí y dijo: ‘No voy a rechazar las oraciones de mis hijos. Mis ojos están en mis hijos y los oídos están abiertos a sus oraciones. Así que te doy la vida de vuelta, pues las cuestiones de muerte me pertenecen. Vas a ser mi testiga», dijo la adolescente, citando las palabras de su salvador.

«Luego puso su cara contra la mía, sopló en mi nariz y mi alma volvió a mi cuerpo. Entonces puso sus manos con las cicatrices de los clavos en mi cuerpo ¡y me curó por completo!», agregó.

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